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Reportaje:Fútbol | 25ª jornada de Liga

Napo siempre está listo

El francés Giuly supone una buena alternativa en el Barça sea cual sea el esquema de Rijkaard

En la lista de convocados que Rijkaard colgó ayer en el vestuario del Barça para el partido de hoy en Sevilla figuraba el nombre de Ludovic Giuly (Lyón, 1976). Napo, como se le conoce popularmente, o Petit, sobrenombre con el que le identifica Eto'o, ha sido citado para los 25 partidos de Liga disputados, sobre todo porque es un futbolista de equipo, fiable y nunca le quita la cara al encuentro más espinoso. "Aprendí a jugar en la calle", recuerda a menudo para subrayar la importancia de la libertad. "En la calle no había porterías, pero todos sabíamos que si la pelota pasaba por encima de la piedra era gol o no". Giuly es de los futbolistas que todavía concede más importancia a la palabra y a los gestos que a los documentos.

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Así que le bastó con que Joan Laporta le apretara la mano al final de la primera temporada para admitir su error de cálculo sobre la capacidad goleadora del jugador. Giuly prometió que metería más de 10 tantos y, después de 36 partidos, contó hasta 12. "Más que mis registros me interesa el funcionamiento del equipo" observa cuando se le recuerda que en su segunda temporada disputó 40 encuentros (29 en la Liga) y marcó siete goles, incluido el que firmó la victoria azulgrana en Milán, y en la presente ha anotado 5 en 36.

Aunque su protagonismo es variable y su titularidad está condicionada ahora a la situación de Messi, y desde siempre a la de Iniesta, Giuly ha sido un futbolista capital en las dos últimas victorias, ante el Athletic y en Zaragoza, dos partidos muy diferentes. No es casualidad que Rijkaard respondiera siempre con el nombre de Giuly cuando se le demandaba por Eto'o durante la lesión del camerunés: "No mete tantos goles como Samuel, pero en su ausencia es el jugador que más profundidad nos da". El director deportivo, Txiki Begiristain, recuerda cómo Giuly le juró que nunca reclamaría el puesto de media punta que ocupaba en el Mónaco cuando se formalizó su contratación. "Mi juego consiste en desbordar y dar pases", argumenta el extremo, de sangre corsa, "aunque no renuncio a rematar porque los goles dan confianza".

A diferencia de Iniesta y Messi, Giuly quiere el balón al espacio, sus diagonales a la espalda de los zagueros son una opción clara de pase para los interiores; recepciona bien los cambios de orientación del medio centro y sus desplazamientos hacia el centro permiten la penetración del lateral. "Messi y yo somos diferentes", asevera Giuly. "Para empezar, yo tengo más de treinta años. Él prefiere la pelota al pie y tiene más velocidad conduciendo, y yo prefiero recibir en carrera".

El jugador asume la competencia en el Barça y se rinde en la selección porque Raymond Domench no le convoca y apuesta por Ribery. "Ya lo tengo asumido. Soy un futbolista en busca de selección", bromea. "Le he preguntado a Oleguer si puedo nacionalizarme catalán", añade irónico.

"Un líder nunca debe mirar hacia atrás" concluye cuando se le advierte que el Barça se enfrenta hoy al Sevilla. "Hubo quienes dudaron de nosotros, pero ahí estamos". El puñal Giuly estará hoy en Sevilla, al igual que Eto'o, nuevamente convocado, no así Deco, aunque Rijkaard ya advirtió que el camerunés no está para disputar todo el partido.

Giuly, durante un entrenamiento en el Camp Nou.
Giuly, durante un entrenamiento en el Camp Nou.EFE

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