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Reportaje:Fútbol | El Liverpool echa al campeón de Europa

Gudjohnsen exige sacrificio

El islandés asegura que al Barça le falta a veces más esfuerzo y compañerismo en el campo

Eidur Gudjohnsen no tiene mucho aprecio por el Liverpool, al que el martes en Anfield le marcó un gol que gritó con rabia sobre el campo y luego, degustó con mayor rabia tras la eliminación del Barça. "No ha servido de nada. Preferiría no haber marcado", explicó el delantero. El islandés tenía cuentas pendientes con el pentacampeón de Europa. Hace dos años, cuando jugaba en el Chelsea, fue eliminado en las semifinales de la Champions. Y ayer, ya en Barcelona, habló claro: "El Liverpool no es un gran equipo y no tiene nuestra calidad pero sus jugadores trabajan juntos y corren para ayudarse. Eso, a nosotros, nos falta un poquito", dijo el día en que decidió zarandear la conciencia del vestuario azulgrana.

"El Liverpool no tiene nuestra calidad, pero sus jugadores trabajaron juntos", dijo
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"En momentos puntuales falta sacrificio, compañerismo sobre el campo. No es necesario que seamos amigos, pero es imprescindible que trabajemos cada uno de nosotros un poco más por el compañero", dijo tratando de ser más constructivo que crítico. En la única respuesta en la que utilizó el inglés -su castellano es sorprendentemente fluido para llevar sólo seis meses viviendo en Gavà- Gudy, como así le llaman en el vestuario, incidió en que con frecuencia no sólo basta para ganar con el talento de la plantilla del Barça. "Hay momentos, rivales, contra los que no es necesario dar un extra de sacrificio, basta con nuestra calidad. Pero hay equipos duros de batir. Contra ellos, si diéramos un poco más de trabajo...", dijo. Y prosiguió: "Éste es el equipo con más calidad que he visto nunca. Si le pusiéramos ese punto extra de sacrificio nadie nos podría ganar. Todos debemos ser conscientes de que muchas veces podemos dar un punto más de esfuerzo".

Tan comprometido con el club que ha llegado a renunciar a citas con Islandia para no perjudicar al Barça, Gudjohnsen reseñó también que la visita del Madrid llega en un buen momento. "Queremos poner una sonrisa en la cara de nuestra afición después de ser eliminados. Sería bueno ganar el clásico. Tenemos calidad para hacerlo, pero hay que demostrarla", dijo el delantero, que ha recordado mil veces el error que cometió en el Bernabéu al fallar solo ante Casillas. Tratando de ser optimista, concluyó: "Nos quedan títulos por ganar y vamos a ir a por ellos".

Gudjohnsen no es el único azulgrana que ha sido crítico este año con la falta de compromiso del vestuario. El 28 de enero, tras jugar contra el Celta de Vigo, Edmilson insinuó que uno de los problemas del equipo derivaba de la falta de compromiso con el trabajo. "Hemos de ser más profesionales y saber cuando podemos salir con la mujer o con los amigos o tenemos que quedarnos en casa y decir no", instó el brasileño. Más polémica generaron unas declaraciones de Samuel Eto'o en las que acusó a Ronaldinho, sin nombrarlo, de entrenarse poco y a Frank Rijkaard, de consentirlo.

Y a Gudjohnsen, un recién llegado, no le tembló ayer la voz cuando fue el elegido para analizar la derrota del Barça tras el entrenamiento. Procedente del Chelsea, seguramente nunca imaginó despedirse tan pronto de Europa después de fichar por el equipo campeón. Fue contratado para ocupar la plaza que dejó vacante Henrik Larsson por 12 millones de euros. No era un nueve idéntico al sueco pero le servía a Rijkaard para fijar a los centrales y, también, para jugar por fuera, incluso en el centro del campo, llegado el caso. Al final, ha jugado casi siempre en punta, seguramente menos de lo que él quisiera. No empezó mal: marcó en Vigo el gol que le dio al Barça la primera victoria en la Liga y en la pelea por gozar de mayor confianza por parte de Rijkaard estaba cuando se lesionó Eto'o.

Llamado a disponer de muchos más minutos, Gudjohnsen debió hacerse muchas ilusiones. Rijkaard las destrozó pronto. El islandés fue el primer sorprendido cuando el holandés apostó por Saviola y le mantuvo en el banquillo. Pero no dijo ni una palabra, nunca se quejó, ni cuando se pasó horas calentando en banda y no jugó. En un alarde de profesionalidad, jamás puso una mala cara en los entrenamientos, hasta que ayer, al regreso de Liverpool, con un título de menos en el bolsillo, se explicó: "No lo niego, lo pasé mal. Tuve que cambiar mi mentalidad, trabajé muchísimo y ahora soy más fuerte", se lamentó humildemente el azulgrana, que suma 11 goles en todos los torneos con el que logró en Anfield. A pocos como a él le dolió salir derrotado de la casa de los reds.

Gudjohnsen, en un momento del partido.
Gudjohnsen, en un momento del partido.EFE

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