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Los guardianes de la ortodoxia

Francisco Peregil

Si hay dos personas en Venezuela capaces de concitar casi tanta pasión como el presidente Hugo Chávez, una de ellas puede ser la incontrolable Lina Ron, dirigente chavista de 45 años, comandante de las milicias urbanas, abanderada de varias acciones okupas, jefa de una veintena de motoristas que ejercen de guardaespaldas en cada una de sus movilizaciones. Ron también tiene el programa de radio La Voz.

Y la otra persona, tal vez más temida que Ron, es el humorista televisivo, conductor del programa diario La Hojilla, Mario Silva. Ambos se han convertido en guardianes de la ortodoxia chavista, de la esencia revolucionaria, en verdugos de la oposición y también de ciertos chavistas algo díscolos.

A Ron, Hugo Chávez le ha nombrado miembro de la comisión que promoverá la creación del nuevo Partido Socialista Unido de Venezuela. Y a Silva, el presidente lo ha premiado con su propia presencia varias veces en un plató repleto de imágenes de Simón Bolívar, el Che y Carlos Marx.

Hugo Chávez ha dicho que La Hojilla es el mejor programa. En los espacios del canal afecto a la oposición, Globovisión, también conocido por ciertos chavistas como Golpevisión, hicieron alusión cierta vez a Silva como el "bachiller marginal" y el "terrorista comunicacional". Desde entonces, el propio Silva inscribe una leyenda al principio del espacio con esos títulos. La Hojilla dispone de una página en Internet y en la página de youtube.com aparecen numerosos vídeos de su programa.

Lina, viuda y después casada, madre de una hija de 25 años, suele empezar su emisión de radio por las mañanas, con un saludo del tipo: "Buenos días a mi presidente, a los recogelatas, a los homosexuales, a las prostitutas, a todos los excluidos...".

"Ella es muy impulsiva. Ha llegado a estar en la cárcel porque la acusaban de quemar banderas de Estados Unidos. Chávez a veces le dice: 'Lina, tranquila, ten paciencia'. Pero aunque el presidente esté equivocado, ella siempre lo va a apoyar. Para ella Chávez es el Mesías, el que vino a arreglar este caos", señala Ebelio Escalona Irigoyen, su jefe de prensa y productor del programa La Voz de Lina Ron.

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Pero el más temido es Mario Silva. Al presidente del Partido Comunista, Jerónimo Carrera, de 84 años, se le ocurrió decir en una entrevista de prensa que ese programa no era revolucionario. "Hice una declaración en El Universal. Y desde entonces", indica Carrera, "ese señor siempre está en contra mía". "Yo creo que hay que elevar el debate político. Y programas como ése no contribuyen a hacerlo", concluye Jerónimo Carrera.

En La Hojilla del lunes, Mario Silva se dirigía al presentador Miguel Ángel Rodríguez, de Radio Caracas Televisión, la emisora cuyo permiso de emisión será rescindido en menos de tres meses por orden de Chávez. "Mira Miguelito, eres estructuralmente imbécil y funcionalmente débil. Ustedes son unos delincuentes, unos mentirosos, golpistas, sinvergüenzas". Silva reprodujo el programa de Rodríguez, emitido por la mañana, en el que el periodista de Radio Caracas Televisión insultaba a Chávez llamándole mentiroso.

El diálogo entre los programas satíricos antichavistas y La Hojilla es constante. Aunque sólo sea para insultarse mutuamente. De momento, gana La Hojilla. Y a partir del cierre de Radio Caracas Televisión, La Hojilla ganará por goleada.

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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