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La memoria histórica de Europa

Merkel pretende lograr un cambio de actitud del Gobierno de Varsovia

Las relaciones entre Alemania y Polonia están bajo mínimos

Las relaciones entre Alemania y Polonia atraviesan una fase gélida, agravada con la llegada al poder de los gemelos Kaczynski, el presidente Lech y el primer ministro Jaroslaw. En su visita mañana a Polonia, la canciller federal alemana, la democristiana Angela Merkel (CDU), de 52 años, se encontrará con media docena de minas listas para estallar con una fuerte carga explosiva para las relaciones entre los dos países. No obstante, ambos Gobiernos se han esforzado estos últimos días en hacer buena letra y quitar hierro a las disputas pendientes.

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Jaroslaw Kaczynski ha llamado al orden a su socio de coalición, el viceprimer ministro, ministro de Educación y jefe de la ultramontana Liga de las Familias Polacas (LPR), Roman Giertych, por sus declaraciones homofóbicas que dañan la imagen de Polonia en el extranjero. Tampoco provocaron una reacción excesiva en Polonia las declaraciones de la diputada democristiana Erika Steinbach, una bestia negra para los Kaczynski, que declaró que el Gobierno polaco está formado por grupos similares a los neonazis alemanes.

Los Kaczynski defienden que el proyecto del escudo antimisiles que Estados Unidos quiere instalar en territorio polaco es un asunto interno, idea que no comparte Merkel. Sostiene la canciller alemana que Polonia, como miembro de la Unión Europea y de la OTAN, tiene la obligación de debatir el tema con sus socios atlánticos y europeos e incluir a Rusia en las conversaciones. Así lo manifestó Merkel en declaraciones a la televisión pública alemana ZDF: "Nosotros, en la parte alemana, preferimos una solución dentro de la OTAN y un diálogo abierto con Rusia".

Merkel defenderá esta posición en Polonia y acudirá provista de las últimas informaciones. Para hoy estaba prevista la presencia en Berlín del general estadounidense Henry Obering para informar del escudo antimisiles, y además Merkel se entrevistará en Hannover con el presidente ruso, Vladímir Putin. La actual presidenta de la UE podrá así hablar con los Kaczynski con datos actualizados.

Merkel tendrá que esforzarse por lograr un cambio de actitud de Varsovia ante la Constitución europea y la declaración de Berlín. La Polonia de los Kaczynski se ha convertido en el hueso más duro de roer en el camino hacia la unidad europea. Merkel lo tendrá difícil, pero tal vez consiga algunas buenas palabras en sus 48 horas en Polonia. Como gesto de buena voluntad, Merkel, cosa bastante insólita, acudirá a Polonia acompañada de su marido, el catedrático de química Joachim Sauer, que no suele prodigarse en ejercer funciones de consorte. Parte de las reuniones están previstas en la península de Hela, idílico lugar de retiro en el Báltico polaco y marco adecuado para una reconciliación.

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