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El final de la vida

Inmaculada, desconectada del respirador

La mujer de 51 años que pedía morir falleció anoche en un hospital de Granada - La Iglesia forzó el traslado de un centro religioso a otro público, donde se cumplió su petición

Reyes Rincón

Inmaculada Echevarría cumplió ayer su deseo de morir "pronto, dignamente y sin dolor". La enferma, que padecía distrofia muscular progresiva y vivía atada desde hace diez años a un respirador artificial, falleció a las 21.00 en el hospital público de San Juan de Dios de Granada, al que había sido trasladada unas horas antes a petición de los religiosos que gestionan el centro en el que estaba ingresada. Echevarría estuvo asistida en los momentos finales por el equipo médico que le ha atendido en los últimos años, que ayer se trasladó con ella de hospital.

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La Junta de Andalucía informó oficialmente del fallecimiento pasadas las 22.30. En un comunicado, la Delegación Provincial de Salud explicó que la paciente había sido desconectada de la unidad de ventilación mecánica que la mantenía "artificialmente con vida" y que la muerte se produjo "como consecuencia de la enfermedad que padecía". Antes de retirar el respirador, Echevarría fue sedada para que no sufriese "ningún dolor". La sedación previa era una de las condiciones impuestas por el Comité de Ética e Investigación Sanitaria de Andalucía para avalar la petición de la enferma.

Apenas dos horas después del fallecimiento, el cuerpo de Echevarría fue trasladado al cementerio de Granada, donde permanecerá hasta que sea incinerada. Fuentes del hospital indicaron que la cremación podría celebrarse mañana a las 9.00, aunque al cierre de esta edición no había confirmación oficial. La propia enferma había manifestado en las últimas semanas a sus allegados que no quería un nicho con su nombre y que prefería que esparcieran sus cenizas.

Echevarría había señalado también su deseo de morir sola. No quería que nadie le acompañara en los últimos momentos. Su mejor amigo, Federico Oloriz, acudió al cementerio apenas unos minutos después de que llegara el féretro con los restos de Echevarría. Oloriz ha querido mantenerse al margen de la petición pública de la enferma y ayer, al abandonar el cementerio, tampoco quiso hacer declaraciones.

La asociación Derecho a Morir Dignamente (DMD), a la que la Echevarría se dirigió en octubre para pedir ayuda, sí valoró el desenlace. La asociación emitió un comunicado en el que expresa su "satisfacción" por que "se haya respetado la voluntad" de la enferma. "La desconexión de un respirador no puede ser considerada en ningún caso una eutanasia, sino la renuncia a un tratamiento o la limitación del esfuerzo terapéutico, derechos reconocidos en la ley para todos los ciudadanos", explica la asociación. Para sus responsables, "calificar la desconexión del respirador de Inmaculada como eutanasia es fruto de la ignorancia, del fanatismo o de la mala fe".

"Morir con dignidad significa morir con libertad, que cada ser humano pueda finalizar su vida cuándo y cómo desee, con las garantías asistenciales que toda persona merece", advierten los responsables de DMD. La directora de la Cátedra de Biojurídica y Bioética de la Unesco, María Dolores Vila-Coro, también defendió ayer el "derecho" de Echevarría a rechazar la ventilación mecánica y alegó que lo contrario sería incurrir en una "obstinación terapéutica".

La Junta de Andalucía respaldó la solicitud de Echevaría hace dos semanas, aunque la desconexión se ha pospuesto porque los responsables del hospital de San Rafael, donde estaba ingresada hasta ayer por la mañana, le pidieron que esperara a que se rebajara la "presión mediática". La que no se rebajó fue la presión de los sectores más conservadores de la Iglesia, que consiguieron imponerse al criterio de los religiosos que gestionan el hospital de San Rafael, en el que Echevarría ha vivido los últimos 10 años. El centro, perteneciente a la orden de San Juan de Dios, hizo pública hace unos días su decisión de que la desconexión del respirador se llevara a cabo allí, pero ayer por la mañana solicitó a la Junta que la cambiaran a un hospital público. Echevarría fue trasladada al mediodía sin poder cumplir su deseo

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Sobre la firma

Reyes Rincón
Redactora que cubre la información del Tribunal Supremo, el CGPJ y otras áreas de la justicia. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactora de información local en Sevilla, corresponsal en Granada y se ha ocupado de diversas carteras sociales. Es licenciada en Periodismo y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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