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El caso de Vitoria

El caso de Vitoria supone un claro ejemplo de que el ritmo de edificación de viviendas supera al crecimiento de la población. La urbanización de los nuevos barrios de Salburúa y Zabalgana, las dos zonas de expansión natural de la ciudad, se han erigido en el proceso constructor más importante en la capital alavesa desde el que se llevó a cabo en los años 70, cuando la población de la ciudad se dobló, llegando a los 200.000 habitantes. Sin embargo, entre 2001 y 2005 la población ha pasado de 220.254 ciudadanos a 229.080, pero se han construido 10.683 viviendas.

Si se tiene en cuenta el dato de la demanda, sí está justificado ese ritmo de crecimiento. Cuando el PP llegó al gobierno municipal, se encontró con una lista de espera para vivienda de protección oficial de 17.000 personas. Así que puso en marcha Salburua y Zabalgana, con el apoyo del resto de partidos. Y es que la política de vivienda siempre ha sido consensuada, lo que ha logrado mantenerla fuera de la lucha partidista.

Algunos de los defectos que se habían apreciado en la urbanización de otros barrios, como el de Lakua, se han vuelto a repetir en los nuevos, como la baja densidad de viviendas por hectárea y la abundancia de espacios abiertos, que llevan a una ciudad fantasma.

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