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El suspense de las matemáticas

Aunque Los crímenes de Oxford será la primera película que haga pie en una de sus novelas, el cine sobrevoló siempre la vida del argentino Guillermo Martínez (Bahía Blanca, 1962). "Mi padre fue fundador del cineclub en Bahía Blanca y allí conoció a mi madre", cuenta divertido. "A mí me encanta, pero nunca me preocupé por pensarlo demasiado como arte: lo paso muy bien, aunque la película no sea buena". Al opinar de la que está filmando Álex de la Iglesia a partir de su libro, contesta, escritor al fin, con un título de Dickens: "Grandes expectativas... Es un director que admiro por el ritmo que impone y su modo de narrar. Todos sus filmes tienen una marca personal. Crimen ferpecto es una de las películas más brillantes de los últimos tiempos".

Doctor en Ciencias Matemáticas, Martínez escribe desde los 20 años y su prosa, que reconoce influencia de Borges y devoción por Henry James, ha sido celebrada a partir de Acerca de Roderer, "un thriller filosófico" publicado en 1992, con éxitos de crítica y público. Crímenes imperceptibles (título original de Los crímenes de Oxford) ganó en 2003 la edición argentina del Premio Planeta, ha sido traducida a 27 idiomas y narra la historia de un estudiante (con mucho del propio autor) que pocos días después de llegar becado a esa universidad inglesa descubre a una anciana muerta. Ése será el primero de una serie de asesinatos lanzados como acertijo a Arthur Seldom, un lógico eminente que tratará de descifrar los símbolos que se le ofrecen para evitar el próximo crimen, con secuencias en las que se funden los juegos de lenguaje de Wittgenstein, el teorema de Gödel, la pasión por el tenis y sectas de antiguos matemáticos.

En el universo creado por Guillermo Martínez, la matemática y el misterio se hermanan. "En la novela policial, la materia narrativa principal son las conjeturas, las intercalaciones, las hipótesis en paralelo a lo que se narra", explica el autor de La mujer del maestro. "El lector de una novela policial tiene que estar siempre desconfiando del texto tal como se lo proponen y pensando en otras alternativas, leyendo más allá. Como escritor me interesa esa estructura porque permite desplegar el mundo de las conjeturas", señala. En ese velo que requiere el suspenso puede radicar una de las diferencias entre libro y filme, anticipa. "El casting de la película es extraordinario y supongo que eso va a traducirse en una densidad psicológica de los personajes que en una novela policial es difícil de lograr". ¿Por qué? "Porque uno siempre duda de hasta dónde iluminar a un personaje: todos son sospechosos, contar de más puede descubrir lo que hay por detrás...".

Para su cuarta novela, que aparecerá a fin de año ("no hay título definitivo aún"), Martínez anticipa continuidad y ruptura. "Tiene que ver con mis libros anteriores porque hay muertes, escritores y cierta aparición del mal. Pero su estructura es distinta, casi de obra teatral que avanza por monólogos".

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