De Amancio a Adolfo por culpa de Unión Fenosa
Los diez días que discurrieron entre el 14 y el 23 de marzo de 2005 están entre los más calientes de la historia de la economía gallega. En esos días un grupo de inversores gallegos (Jacinto Rey, Amancio Ortega y Caixanova) perdieron la oportunidad de comprar Fenosa y, como consecuencia de esta operación, Amancio Ortega y José María Castellano rompían 31 años de relación. Ni compraron Fenosa ni volvieron a hablarse.
¿Qué es lo que pasó? El final de la historia es una acalorada discusión, el 23 de marzo de 2005, entre Amancio Ortega y su vicepresidente y hasta entonces amigo, José María Castellano. El número dos de Inditex se vio obligado a abandonar la empresa y cesar en sus cargos.
Castellano había sido contactado por el constructor pontevedrés Jacinto Rey (Constructora San José) y por el entonces director de Caixanova, Julio Fernández Gayoso, para negociar la compra del 22,07% de Unión Fenosa que el banco Santander tenía en venta. Rey tomaría el 10% de las acciones, Caixanova el 5% y Amancio Ortega el 7% restante.
El vicepresidente de Inditex era reacio a la operación porque consideraba que, si Amancio Ortega quisiera entrar debía hacerlo capitaneando la operación y no como actor secundario. Se entablaron las negociaciones con el vicepresidente y director general del Santander, Matías Rodríguez Inciarte, con quien llegaron a un acuerdo (30 euros por acción). Entonces, Jacinto Rey propuso que José María Castellano fuese el presidente de Fenosa. Amancio Ortega se sintió traicionado y se enemistó con Castellano. Mientras los compradores gallegos discutían, Emilio Botín negoció la venta (a 32 euros la acción) con los March y Florentino Pérez. ACS Dragados es hoy la dueña de Fenosa y Castellano será consejero de Adolfo Domínguez.
