La brecha tecnológica hispana
LA EXPANSIÓN de la lengua en los tiempos modernos está cada vez más ligada a las nuevas tecnologías de la comunicación en las que el mundo hispano, España incluida, ha llegado tarde. "Estamos en ello, pero los frutos tardarán todavía en verse", es el mensaje de César Antonio Molina ante las alarmas que provoca la escasa relevancia, en calidad y en cantidad, del español en internet. Y es que expertos como José Antonio Millán no dejan de alertar sobre la necesidad urgente de desarrollar las herramientas y recursos tecnológicos del español en la red para evitar la dependencia tecnológica que obligue a los hispanohablantes a pagar por el uso de su lengua en internet.
Es una inquietud ampliamente compartida entre los expertos. "Si dejamos que Microsoft actualice las herramientas lingüísticas del español, desde los diccionarios en la red a los buscadores complejos, permitiremos que esta empresa cobre los royalties de nuestra lengua", advierte Óscar Berdugo. "Y por lo mismo, si no nos espabilamos vamos a encontrarnos con que los cursos de español para extranjeros se imparten, por ejemplo, en Florida. El español es fuente de negocio y lo va a ser mucho más, pero o lideramos el proceso o podemos quedarnos fuera", sostiene este experto que rebaja del 15% al 9% del PIB las estimaciones del impacto del español en nuestra economía.
La tradicional brecha cognoscitiva, educacional, del mundo de habla hispana, tiene su nítido reflejo en internet, de forma que el 9,4% de la población hispanohablante se encuentra conectada a la red, frente al 26% de la población de lengua materna inglesa, el 21% de la francesa o el 35% de la alemana. No es sólo una cuestión económica, es ante todo un problema cultural puesto que el porcentaje de hispanohablantes con acceso a internet (el 6,5%) resulta notablemente inferior al peso global de las economías integradas en el ámbito lingüístico del español (8,9%).
