Un parque botánico con un jardín para ciegos

La zona sur de Tablada acogerá un jardín botánico de 1,4 millones de metros cuadrados, el equivalente a tres veces y media el Parque de María Luisa. Ésta es la principal novedad del plan director del futuro parque periurbano en el que trabajan la Junta y el Ayuntamiento de Sevilla, un documento que definirá los usos de las 367 hectáreas del antiguo aeródromo militar, la principal bolsa de suelo virgen de la ciudad.

El diseño de ambas administraciones ha partido del que elaboró en 2004 un equipo de la Universidad de Sevilla al que la Consejería de Medio Ambiente encargó un estudio sobre los usos que podría tener la dehesa como parque periurbano. El nuevo plan mantiene la gradación de usos de ese primer dibujo: la parte norte, la más próxima a la capital, acogerá la mayoría de los espacios deportivos y lúdicos (pistas polideportivas, rutas hípicas, paseos) y a medida que se avance hacia el sur, la dehesa presentará un aspecto más natural.

Será en este extremo, el más alejado de la capital, donde se ubicará el que, según el delegado municipal de Urbanismo, Emilio Carrillo, será el jardín botánico de mayor extensión de España y el sur de Europa. El estudio de la Universidad preveía en esta franja un gran humedal, casi una zona de marismas donde vivieran, sobre todo, distintas especies de aves y que, según le gustaba definirla a los miembros del gobierno municipal, sería "la puerta de Doñana".

El nuevo diseño cambia el humedal por el parque botánico, que estará dominado por un gran bosque (650.000 metros cuadrados) de árboles mediterráneos e ibéricos (olivos, pinos, castaños), pero donde se reservará también espacio para rememorar el jardín americano que se habilitó en la Expo 92.

Junto al bosque de árboles, el plan prevé destinar 150.000 metros para plantas, 250.000 metros para un vivero y 50.000 para un invernadero de distintas especies. El resto del espacio, alrededor de 400.000 metros cuadrados, serán ocupados por jardines especialmente destinados a tres colectivos: invidentes, estudiantes e investigadores. Uno de los grandes atractivos será un jardín para ciegos, 100.000 metros cuadrados en los que el Ayuntamiento se ha inspirado en el parque para invidentes del Jardín Botánico de Ginebra (Suiza), conocido como El jardín de oler y tocar. "Es una experiencia única para las personas ciegas y queremos trasladarla a Sevilla", explica Carrillo, quien destaca el éxito del modelo suizo, para el que existe incluso lista de espera de visitas.

Otros 75.000 metros cuadrados del parque botánico funcionarán como un espacio de educación medioambiental pensado tanto para escolares como para facilitar el acercamiento al medioambiente de todos los públicos. Por último, habrá una zona reservada a especies de todo el mundo que estén en peligro de extinción. "Será como un hospital de plantas y árboles, una reserva para especies amenazadas", señala Carrillo. "Tablada goza de ambiente de microclima, con un suelo muy húmedo y menos calor que en el resto de la ciudad", afirma el responsable de Urbanismo, quien considera que estas condiciones pueden favorecer la conservación de muchas especies.

Este espacio, que ocupará 125.000 metros cuadrados, se destinará sobre todo a la investigación y comprenderá también una zona reservada a plantas y arbustos del desierto, que, según los expertos, se están mostrando especialmente sensibles a los efectos del cambio climático. Por último, en esta franja de la dehesa se ubicará una biblioteca de 10.000 metros cuadrados especializada en ciencias ambientales con capacidad para 100.000 volúmenes.