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Entrevista:Fútbol | 30ª jornada de Liga

"Hemos hecho mucho el bobo"

Xavi Hernández (Terrassa, Barcelona; 1980) lleva en el vestuario del Barça más años que ningún otro jugador. El mediocentro ha visto cambiar la situación más allá de las obras arquitectónicas del estadio. Con 18 años, de la mano de Louis van Gaal, llegó al primer equipo. Ocho temporadas después, es el tercer capitán del equipo, por detrás de Puyol y Ronaldinho. Presume de haber mamado el barcelonismo, y desde esa atalaya analiza el panorama culé.

Pregunta. ¿Cómo se ve la situación desde su perspectiva?

Respuesta. Es un momento raro. Cuando no ganas todo, parece un desastre. Como siempre. Estamos en el momento decisivo de la temporada y vamos líderes. En el aspecto deportivo, tenemos la sartén por el mango. Ahora bien, eso es lo importante. Por lo menos, para mí. El club sigue dependiendo de que la pelota entre o no entre, como siempre. No debería ser así. Deberíamos valorar más la dificultad que supone ganar dos Ligas consecutivas porque estamos viendo lo que nos está costando ganar ésta. Pero en el Barça hay cosas que no cambian. Esta semana he oído barbaridades.

"Seguramente hubo un exceso de confianza. Nos creíamos los mejores y lo hemos pagado. Pero estamos a tiempo de ganar dos títulos"
"He oído barbaridades como la de que hay que vender a Ronaldinho. No estamos siendo justos con él. Es la causa principal de que el Barça vuelva a ser grande"
"Los 'culés' me matarán, pero quiero que el Espanyol gane la Copa de la UEFA. Me caen bien los 'pericos'. Juegan con mucha gente de casa. Tienen mérito"
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P. ¿Por ejemplo?

R. Que hay que vender a Ronaldinho. Se lo juro, lo he oído.

P. Tal vez sea cierto que antes los equipos duraban siete u ocho años. Tal vez ahora duren la mitad.

R. Este equipo tiene cuerda para rato. De los tres de delante, Messi, Eto'o y Ronaldinho, el mayor es Ronie, tiene 27 años y ¡quiere ganar hasta en el fut-voley! Pero el suyo es un caso complicado. Es el mejor del mundo y a su alrededor todo se magnifica. Hace una jugada y de ella habla todo el mundo. Juega mal un partido y está acabado. Pasan de hacerle un monumento en la plaza de Sant Jaume a venderlo por un mal día. Es supermediático y todo a su alrededor se dispara. No estamos siendo justos con él. Ronaldinho es la causa principal de que el Barça vuelva a ser grande. El primer año le dabas la bola y veías que tenías al mejor al lado. Jugar con él nos hizo ver que podíamos ser buenos y competitivos. Ronie nos devolvió la confianza y, aunque muchas cosas ayudaron, empezando por el presidente [Joan Laporta], este club volvió a ser grande por él. Estamos donde estamos gracias a él.

P. ¿Y si se quiere ir?

R. No se quiere ir. Pero el día que se vaya le tendremos que estar siempre agradecidos. Pero le veo aquí.

P. ¿Cómo afecta al equipo convivir con todo eso?

R. Es la consecuencia de no jugar bien. Si hubiéramos ganado en Zaragoza, no habríamos pasado la semana hablando de Ronaldinho.

P. ¿Creía que después de las dos Ligas y la Champions eso iba a cambiar en el Barça?

R. No esperaba nada. Esto es el Barça. Cada día se habla de algo y, si no hay, se busca... Hay muchos intereses y es complicado. Pero el caso es que somos líderes y en nuestra mano está volver a ser los mejores. Es un planteamiento muy simple, pero el fútbol también es esto. Mire de dónde viene el Madrid. Está jugando mal y la gente no se divierte, pero está ahí y parece que ellos sean los que ganaron la Champions. Y hace tres meses eran un desastre.

P. Anímicamente, ¿llega mejor el Madrid?

R. Es lo que venden, pero los líderes somos nosotros. Estamos en condiciones de ganar la Liga y la Copa. Con el doblete, nadie hablará de cambios de ciclo ni de tonterías. Ya lo verá.

P. ¿Tiene la sensación de haber hecho el tonto?

R. Sí, hemos hecho el tòtil y hemos dejado escapar muchas oportunidades. Si lo hubiéramos hecho bien, ya tendríamos dos títulos y la Liga sentenciada. Pero hemos ido siempre a remolque porque hemos estado fundidos, consecuencia de la pretemporada, porque perdimos a Messi y a Eto'o... Nos hemos salvado por calidad. Afortundamente, ahora dependemos de nosotros y eso, en el fútbol y en la vida, es importantísimo. Esta semana hemos trabajado con intensidad, con ritmo. He visto un cambio: creo que somos muy conscientes de que quedan nueve partidos y que hay que ir a tope. Ya hemos perdido demasiados títulos. Es hora de ponernos manos a la obra.

P. ¿Qué derrota afectó más al equipo?

R. Para mí, la Intercontinental. Fue el palo más gordo. A mí me dejó hecho polvo. Me hizo daño. Lo de la Champions también, pero la Champions la juegas cada año. Y la Supercopa de Europa perdida generó mucho nerviosismo. Sí, un poco sí hemos hecho el tonto. Seguramente hubo un exceso de confianza. No sentenciábamos los partidos porque siempre pensábamos que podríamos ganar, si no en la primera, en la segunda mitad. Y, al final, empatamos muchos partidos. Nos creíamos los mejores y lo hemos pagado. Pero estamos a tiempo. Hay dos títulos importantes en juego, de los de verdad, aunque últimamemte parece más importante a quién le dan el Balón de Oro que ganar la Champions cuando esto es un deporte de equipo, pero, en fin...

P. Hay tres equipos ingleses en las semifinales de la Champions. ¿Qué significa eso?

R. También hay tres españoles en la Copa de la UEFA. Significa que son los mejores del año. En los equipos ingleses casi no quedan jugadores ingleses. El Chelsea me gustó mucho contra el Valencia.

P. De los equipos españoles en la Copa de la UEFA, ¿con cuál va?

R. Con el Espanyol. Los culés me matarán, pero me caen bien los pericos y tienen mucha gente de casa. Tienen mucho mérito, como Osasuna. Pero lo que quiero es jugar la final de la Copa. Me hace especial ilusión. Estuve en Valencia, contra el Mallorca, y me impresionó el ambiente.

P. Van Gaal era entonces el entrenador del Barça y hay ahora quien añora su mano de hierro.

R. Rijkaard puede ser tan duro como Van Gaal con una palabra, sin gritar. ¿Sabe cómo duele que el entrenador venga y te diga: "No hiciste lo que te pedí durante el partido?". Te la deja caer, con mano izquierda, pero no es tan blando como se cree.

P. Se le acusa de tolerante con la vida de los jugadores fuera del campo.

R. Vamos a ver: ¿somos mayorcitos? Cada cual sabe qué puede y qué no puede hacer. No hace falta que venga el entrenador a decir "eh, no seas malo". No somos juveniles. Se supone que somos adultos y que tenemos un compromiso con el equipo, ¿no? Yo he salido tres, cuatro o cinco noches en la temporada. Tengo 27 años y lo necesito. Necesito salir con mi novia a cenar, a tomar algo con los amigos. No soy peor futbolista por eso mientras no falte a mi responsabilidad y vaya a currar al día siguiente. Y, aunque salgas un miércoles, el domingo te comes el campo y corres que te las pelas.

P. En su caso, es la verdad. Es usted el jugador que más corre en los partidos.

R. Sobre todo, en los que hemos jugado con el sistema 3-4-3. ¡Buff! Ya sabía que hay unas máquinas que controlan los kilómetros que corremos y Andrés [Iniesta] y yo somos los que más hacemos del equipo. No hago muchos sprints, pero me ofrezco siempre. No soy de tocar y quedarme, pero tampoco corro mucho con la pelota. Soy un diesel.

P. Hablaba del 3-4-3. ¿Les generó dudas el cambio de sistema?

R. No; fue una solución en Zaragoza, en la Copa. Estábamos echando de menos a alguien en el centro del campo y, si quitas un jugador atrás, asumes más riesgos, pero mejoras el control del balón. Básicamente, eso es lo que necesitamos: la pelota. Sin el balón, nos cuesta mucho todo, se nos hace un mundo el partido. Sin él, estamos perdidos y los rivales lo saben. Los equipos están muy preparados. No es casualidad que haya tres españoles en las semifinales de la Copa de la UEFA. Hay equipos muy competitivos, muy fuertes. Ganar la Liga tiene mucho mérito.

SCIAMMARELLA
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