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Segundo apuñalamiento en Entrevías en una semana

La policía no relaciona el suceso con un homicidio de hace seis días

Un hombre y una mujer, inmigrantes ecuatorianos, fueron apuñalados pasada la medianoche de ayer en los alrededores de la estación de Entrevías, en el segundo suceso de estas características en la zona en menos de siete días. El hombre, que sufrió un corte profundo en el cuello, se encontraba anoche fuera de peligro en el Gregorio Marañón. Otro ecuatoriano murió el pasado sábado a pocos metros.

Una pareja de inmigrantes ecuatorianos fue apuñalada en la madrugada de ayer en la avenida de Entrevías, cerca de la estación de tren y a escasos metros del lugar donde murió el domingo pasado otro ecuatoriano en una agresión similar.

Las víctimas son un hombre de 40 años y una mujer de 38 que sufrieron heridas por arma blanca de distinta consideración en circunstancias que investiga la policía. Una unidad de Samur-Protección Civil acudió en pocos minutos al lugar del suceso ofreciendo los primeros auxilios a la mujer por los tres cortes que presentaba en un glúteo, una pierna y la fosa renal, en principio, de pronóstico leve.

El hombre resultó peor parado con un profundo corte en el cuello y dos heridas, una de ellas penetrante, a la altura de los riñones. Ambos fueron trasladados al hospital Gregorio Marañón, donde el hombre ingresó con pronóstico grave. Ayer por la tarde su vida no corría peligro.

Roberto Guanuche Paredes, pintor ecuatoriano de 27 años, murió apuñalado en la avenida de Entrevías el pasado 8 de abril tras recibir dos heridas de arma blanca en el abdomen y otras dos en la espalda. La brigada de policía judicial, que no relaciona este homicidio con el suceso de ayer, continúa investigando el crimen.

Quejas de los residentes

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Los vecinos de este populoso barrio de 37.400 habitantes en el distrito de Puente de Vallecas reaccionaban ayer de distinta manera ante este segundo apuñala-miento en menos de una semana, prácticamente en el mismo sitio, frente a las vías soterradas del Cercanías. La difícil integración de los inmigrantes es para muchos la causa del repunte de la criminalidad. Los vecinos culpan a los nuevos habitantes en expresiones que van desde el racismo más descarnado hasta la denuncia comprensiva de las condiciones de vida de los inmigrantes.

Entrevías, uno de los barrios que más sufrió los embates de la heroína en los años ochenta, contaba a 1 de enero con 4.046 extranjeros empadronados, más de la mitad de los cuales proviene de Iberoamérica.

Carmen, una vecina de 40 años, no cree que Entrevías sea hoy "tan peligroso como Lavapiés", pero sí percibe "una cierta inseguridad en los últimos tiempos". La mujer, que pasea junto a la pared en la que varias coronas de flores recordaban (hasta que fueron retiradas ayer) la muerte de Guanuche, rechaza que los inmigrantes sean "toda la causa de los problemas". Sin embargo, muchos otros que tomaban sus cafés en uno de los bares de la zona comentaban los sucesos con manifestaciones de franco racismo que reflejan la tensión existente. Dos chavales se quejaban de que "los campos de fútbol están tomados por inmigrantes, que se emborrachan y piden dinero a los críos si quieren jugar".

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