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Entrevista:JUAN PEDRO ABENIACAR | Presidente de la Academia del Perfume

"No duermo con Chanel número 5"

Con 54 años y dos hijos, se dedica a hacer esquí, buceo, submarinismo o bicicleta cuando no tiene la nariz metida en un frasco. Le gusta leer, escuchar música y disfrutar de su familia, y cuenta que lo que más le divierte es la creatividad: "Me seduce mucho el mundo de la innovación y la imaginación".

Pregunta. ¿Qué hace un ingeniero de caminos entre tanta fragancia?

Respuesta. Pues pasárselo muy bien, porque es un campo tremendamente lúdico, atractivo, diferente. Muy distinto de lo que ha sido la ingeniería.

P. Representa a un grupo líder mundial de productos de lujo. Mirándole, tampoco es para tanto.

R. Hombre, eso ya lo juzgará usted [ríe]. El lujo forma parte de nuestra vida, pero yo no procuro ser un lujo viviente. Me gustan los productos que comercializamos y disfrutar de las cosas bonitas.

P. Es usted Nariz. ¿Qué es eso?

R. Soy Nariz aficionado. Es ser capaz de evaluar y componer un perfume a través de las materias primas. Y ser capaz de entender lo que es una fórmula de perfumería.

P. ¿Dónde le gusta meter la nariz?

R. En todo lo que huele bien.

P. Acaba de crearse la Academia del Perfume, con las grandes marcas del sector. ¿Una forma de entretenerse?

R. La Academia tiene la vocación de promover el conocimiento, el uso y el disfrute del perfume.

P. ¿A qué huele España?

R. Pues yo creo que a joven, a simpatía, a ambición sana y a muchas ganas de hacer y de trabajar.

P. ¿Qué le huele a chamusquina?

R. Algunas operaciones inmobiliarias, como las de Marbella.

P. Volvamos al perfume: no tendrá usted como seudónimo Patrick Suskind.

R. No, no, no. Yo no osaría hacerlo, ni muchísimo menos. Saber cómo hacerlo, sí. Siempre se pueden poner cosas tóxicas en la composición. Pero yo, de matar, ni una mosca.

P. Hablando de tóxicos: ¿Qué pondría en un perfume de amor?

R. Muchas flores. La rosa y el jazmín, las flores más típicas de la perfumería, son las que más me gustan.

P. ¿Duerme sólo con unas gotas de Chanel número 5 o necesita litros?

R. Yo no duermo con Chanel número 5. No puedo dormir con Chanel. Trabajo en LVMH y Chanel no es una de mis marcas [ríe]. Yo me puedo poner Christian Dior, Loewe o alguna composición que hago para mí mismo.

P. ¿Qué se compone?

R. Pues ciertas cosas un poco extrañas, a base de lavanda, pachulí, limón, almizcle y vainilla.

P. ¿Lo del pachulí es lo que provocó su divorcio?

R. No, mi mujer no se divorcia de mí... Todavía [ríe] llevamos 27 años casados, aunque nunca se sabe si el 28 va a ser posible...

P. ¿Qué parte conviene perfumarse más?

R. Yo creo que lo que es del busto para arriba, que es la parte con la que estás en relación con los demás.

P. ¿Cuál es el colmo del lujo?

R. Para mí, en este momento, sería poder acceder al tiempo que no tengo.

P. ¿Y el límite?

R. Lo que puede hacer daño a los demás.

P. Su cartera de trabajo, ¿es pata negra o comprada en Tailandia?

R. Tengo auténtica pata negra y muchas que son normales. Una del ordenador, otra de la London Bussines School, ésta de Vuitton... No soy de los top manta. Sería paradójico.

P. ¿En España qué tenemos más de lujo: el Gobierno o la oposición?

R. Pues yo creo que, en este momento, ninguno de los dos es un gran lujo.

P. Es Caballero Catavinos de Borgoña. Se perfuma por dentro y por fuera.

R. Pues más o menos [ríe]. Me gustan los dos aspectos. Son complementarios.

P. Gestiona en perfumes 220 millones de euros. ¡Qué aroma!

R. Estupendo. El mundo del perfume es un mundo en crecimiento a nivel mundial.

P. ¿Por qué llamó Gómez a su perro? Tengo un amigo que se puede mosquear.

R. Pues lo siento. Me pareció una cosa simpática, un poco provocadora. Y en ciertos aspectos soy algo provocador.

P. Provóqueme algo, para que me haga una idea.

R. ¿Qué va a hacer con mi último perfume cuando se lo dé después?

P. Vaya nivel. ¿Cómo se desmelena?

R. Normalmente, haciendo deporte. Así es como disfruto.

P. La sociedad invirtió en usted como ingeniero para que ahora se dedique a los frasquitos.

R. Ha invertido en mi formación como persona. Después me he dedicado a los frasquitos, y en medio he estudiado un máster.

Juan Pedro Abeniacar, haciendo méritos (y equilibrios) para permanecer al frente de la Academia del Perfume.
Juan Pedro Abeniacar, haciendo méritos (y equilibrios) para permanecer al frente de la Academia del Perfume.ULY MARTÍN

PERFIL

Con 54 años y dos hijos, se dedica a hacer esquí, buceo, submarinismo o bicicleta cuando no tiene la nariz metida en un frasco. Le gusta leer, escuchar música y disfrutar de su familia, y cuenta que lo que más le divierte es la creatividad: "Me seduce mucho el mundo de la innovación y la imaginación".

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