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Entrga del X Premio Alfaguara de Novela

Amor y tragedia en una duna del desierto

Vargas Llosa destaca la valentía de Luis Leante al narrar el desamparo del pueblo saharaui

Sentado en la cresta de una duna del Sáhara, frente a un paisaje de arena y piedras, Luis Leante escribió hace años un párrafo. "Duerme durante la mañana, durante la tarde, casi todo el tiempo duerme. Luego pasa en vela la mayor parte de la noche: una vigilia intermitente, con momentos de lucidez pasajera y otros de delirio o de abandono". Entonces no sabía que tiempo después ese párrafo iba a ser el comienzo de Mira si yo te querré, la obra ganadora del X Premio Alfaguara de Novela, una historia de amor y tragedia en los campos de refugiados del Sáhara.

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Todavía ayer, Luis Leante, un profesor de latín de un instituto de Alicante, trataba de resituarse en el mundo literario en el que hasta ahora era un perfecto desconocido, durante la entrega del premio que recibió de manos del presidente del Grupo PRISA, Jesús de Polanco. Leante reúne muchos de los símbolos del Premio Alfaguara, nacido hace 10 años como una gran aventura de la ingenuidad y que ahora se ha convertido en uno de los galardones que contribuyen a la riqueza y expansión de la lengua española, de esos 400 millones de hispanohablantes. Lo explicó Jesús de Polanco. "Este premio lo ha ganado un joven autor perfectamente desconocido, un profesor de latín que enseña en Murcia... y que ahora va a trotar por toda América Latina y por España para hablar de lo que piensa de los libros, de la vida y de su novela, y él mismo será símbolo de lo que hace una década quisimos que fuera el premio".

Con Mario Vargas Llosa como presidente del jurado que ha otorgado el galardón a Leante, dotado con 133.000 euros y una escultura de Martín Chirino, la entrega se convirtió ayer en toda una fiesta de inicio de la primavera literaria con la asistencia de escritores, editores, cineastas y representantes de la política madrileña.

La seriedad aparente de Leante, un hombre grande y fortachón como un jugador de baloncesto, se derrumbó en cuanto inició su brevísimo discurso de agradecimiento. Se había preparado para hablar durante 45 minutos, como si de una clase de latín se tratase. Muy poco antes de entrar en el salón de actos de la editorial, se enteró de que sólo podía hablar cuatro o cinco minutos. Lo dejó en apenas dos, pero contundentes, intensos y divertidos. Habló entonces de ese primer párrafo que escribió sobre la duna y recordó a García Márquez cuando decía que la frase de arranque de una novela es el 50% de la obra. "Ya tenía la mitad de mi novela. Allí había una historia que acababa de nacer, estaba convencido, y yo era un contador de historias. Pero tardé un año en escribir la siguiente frase", explicó el autor.

Tuvo que volver al Sáhara y alejarse de la "burbuja occidental" para encontrarse con los fantasmas de lo que quería narrar en Mira si yo te querré. Los encontró en una jaima, en medio del desierto de un campo de refugiados saharauis en Argelia. Un hombre con los ojos desorbitados y la mente perturbada fue la chispa que desencadenó definitivamente la trama y los personajes que configuran la novela. "Si ahora estoy aquí es gracias a la historia que un enfermo mental me regaló sin pretenderlo una noche", aseguró Leante, quien desde entonces no ha podido arrancarse el "dolor de aquellos hombres y mujeres que siguen abandonados en el desierto".

Precisamente, Vargas Llosa resaltó que esa parte de la narración de Leante, la de un pueblo abandonado a su suerte, arrinconado y olvidado durante años, es la que más le ha conmovido. "Es una novela entretenida e interesante, qué más se puede decir", explicó Vargas Llosa, para quien la historia de amor que narra Mira si yo te querré es "una relación asimétrica entre una mujer de Barcelona, de familia acomodada, y un muchacho humilde, un pícaro, un mecánico que termina en el Sáhara y que se ve obligado a permanecer allí". Al autor de La fiesta del Chivo se le notó impresionado al explicar lo que, en su opinión, independientemente de la trama central, el lector recordará con fuerza en su memoria y que es la tragedia del pueblo saharaui, descrita como fondo en la obra de Leante. "Reflota continuamente en la novela. El lector vive íntimamente la tristeza, injusticia, desamparo y soledad de un pueblo que ha sido arrinconado", añadió Vargas, para quien Leante ha tenido la valentía de incorporar "un hecho trágico de la historia contemporánea en una obra de ficción".

Y mientras los familiares y amigos de este profesor de instituto asistían orgullosos al reconocimiento público de un hombre forjado durante años en la intimidad y soledad de la escritura y en los pasillos de las aulas, apenas conocido fuera del entorno en el que se mueven los autores sin editorial, Jesús de Polanco agradeció al escritor por "intentar hacer de la imaginación un modo mayor de comunicación y de futuro" con una historia que nace en el Sáhara pero que llega a todas partes.

En ese desierto en el que siguen abandonadas miles de personas fue donde Leante forjó una historia de amor hermosa y terrible. "La historia que he tratado de contar en las páginas de esta novela para dar testimonio de lo que pudo ocurrir, o tal vez ocurrió".

Luis Leante, a la izquierda, junto a  Jesús de Polanco durante la entrega del  X Premio Alfaguara de Novela.
Luis Leante, a la izquierda, junto a Jesús de Polanco durante la entrega del X Premio Alfaguara de Novela.GORKA LEJARCEGI
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