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Uno de los actores de la Transición

La historia política de Alfredo Marco Tabar refleja la propia historia de la Transición en el País Vasco. Con su retirada se marcha también una cierta manera de hacer política que se podría definir como más británica que italiana, si hubiese que rastrear un símil. Marco Tabar ha reconocido en más de una ocasión que la amnistía supuso para él el momento clave del tránsito de la dictadura a la democracia, a pesar de que, después, la UCD, el partido que fundó en Euskadi, fuese acosado sin piedad por ETA. En Vitoria, como alcalde y concejal, convivió con ediles nacionalistas y socialistas en un entendimiento que buscaba hacer ciudad por encima de todo.

Los recuerdos de aquellos años componen un retrato complejo: "Quizás el momento más duro entonces fue el asesinato [en septiembre de 1980] de José Ustaran, íntimo amigo mío, además de compañero de partido. Me enteré en Oyón y el viaje a Vitoria creo que ha sido uno de los trayectos más dramáticos de mi vida", recuerda. "Entonces, los funerales se celebraban en las catacumbas, creo que por la gente tenía temor a significarse, no porque no le indignara el asesinato de un político".

Aquellos recuerdos han forjado un temple y una decisión que todavía hoy se aprecia en su visión personal e independiente de la actividad pública. El viernes pasado asistió a su último compromiso, en la comida con la que el diputado general de Álava, Ramón Rabanera, celebró también su despedida de la política.

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