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Reportaje:Fútbol | Liga de Campeones: vuelta de las semifinales

El héroe desvalijado

Los ladrones entraron en la casa de Reina, portero del Liverpool, mientras éste paraba dos penaltis al Chelsea, y le robaron un Porsche

La noche más grandiosa de Pepe Reina (Madrid, 1982) también fue una de las más desagradables. "Pero el robo, lo que pasó, no va a estropear el partido que hice. Fue mágico, un sueño... ¡Llegar así a la final de Atenas, siendo el protagonista en la tanda de penaltis! Es el sueño de todo portero", reconoció el arquero. Tras celebrar el éxito con los compañeros del Liverpool -sus dos penaltis parados eliminaron al Chelsea en la semifinal de la Champions-, Reina regresó feliz a su casa de Woolton, una zona residencial al sureste de Liverpool, a altas horas del miércoles.

Amarga sorpresa. El chalé había sido desvalijado: los ladrones le robaron joyas, un equipo de música, documentos y un Porsche Cayenne con matrícula española que apareció calcinado a las 6.30 en la zona de West Derby. "Menos mal que no estaban ni mi nuera, Yolanda, ni mi nieta de dos meses, Grecia", contó ayer Miguel Reina, padre de Pepe y portero del Atlético y del Barça en los años setenta. Curiosamente, la final de la Champions se disputa el día 25 en Atenas. "Mi hijo vive en una urbanización de siete chalets junto a otros tres compañeros: Luis García, Zenden y Mark González. Se necesita control remoto para entrar y los de seguridad estarían más pendientes del partido que de vigilar", añadió.

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No es la primera vez que los futbolistas del río Mersey, en Liverpool, son víctimas de los ladrones. Es casi una tradición. A Dudek, segundo arquero del club de Anfield, le sustrayeron en verano de 2006 la medalla de campeón de Europa de 2005. Los cacos también han visitado las casas del defensa Agger y del delantero Crouch. Claro que no es una exclusividad de los del Liverpool: Van der Meyde, extremo del Everton, el otro club de la ciudad, ha sido robado dos veces este año. Y la vivienda de los padres de Rooney, delantero del Manchester y ex del Everton, fue desplumada en julio de 2006.

El robo fue un contraste brutal con lo que Reina había vivido tan sólo unas horas antes: un cuento de hadas. Una premonición que le confió al preparador de porteros del Liverpool, José Manuel Otxotorena, en vísperas de la semifinal: "Imagina que ganamos 1-0 y paro dos penaltis. Sería la leche". Lo fue. Reina es "un especialista" en los penaltis, dice Otxotorena. Tanto, que ya el año pasado detuvo tres en la final de Copa ante el West Ham: a Konchensky, Zamora y Ferdinand. Y, antes, en la última temporada en el Villarreal, atajó siete de nueve. "Es muy rápido y explosivo, con piernas fuertes, y está deseando que lleguen los penaltis porque tiene mucha seguridad. Cuando le das la información, él ya la tiene contrastada salvo por algún detalle". Los detalles son, por ejemplo, que Geremi -uno de los dos que paró- tiende a lanzarlos de dos maneras, mientras que Lampard -que marcó de un trallazo- es quien ofrece más variedad. "La parada de más mérito es la que le hace a Robben porque se impulsa y llega muy lejos en la estirada", subraya Otxotorena, que recuerda el poco caso que se le hizo en España al premio que logró Reina el curso pasado de la federación inglesa -el equivalente al Zamora-, que también va a ganar este año. Otxotorena se quita importancia en la preparación de Reina, pero el padre de éste se la da toda. "Es un monstruo. Está haciendo de mi hijo un gran portero. Ha mejorado en todo". Especialmente en las salidas a los centros al área: una actividad de alto riesgo en Inglaterra. Algo para lo que "hay que tener los huevos que tiene Pepe", concluye Miguel Reina.

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