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Reportaje:El futuro de Europa

Brown: por un tratado de mínimos

La política europea del futuro jefe del Gobierno británico, Gordon Brown, no será muy diferente de la que heredará de Tony Blair. El primer ministro saliente ha ido atemperando con el tiempo sus iniciales ardores europeístas y acercándose a una posición, si no euroescéptica, sí muy precavida sobre la construcción europea.

En realidad es una visión escéptica de la Unión Europea de acuerdo con la segunda acepción que la Real Academia da a la palabra escepticismo: "Desconfianza o duda de la verdad o eficacia de alguna cosa". Pero políticamente sería incorrecto llamar a Blair y Brown euroescépticos. Aunque dudan cada vez más de la eficacia de la UE, aceptan que tiene aspectos muy positivos y que, en todo caso, es mejor intentar dominarla desde dentro que combatirla desde fuera.

La posición del Gobierno apenas cambiará con la llegada del nuevo primer ministro laborista

Blair, en un principio el gran abogado de la entrada del Reino Unido en la zona del euro, ha ido evolucionando hacia la cautelosa posición de Brown sobre Europa. Por eso, porque Blair se ha ido acercando a Brown en la cuestión europea, la posición del Gobierno laborista apenas cambiará con la llegada de Gordon Brown al número 10 de Downing Street, el próximo 27 de junio.

Las líneas maestras de esa postura las acaba de dejar claras el hombre de máxima confianza de Brown en su carrera política, Ed Balls, llamado a ser uno de los personajes clave del próximo Gobierno. En un ensayo publicado con el Centro para la Reforma Europea, un instituto de estudio críticamente europeísta, Balls defiende retóricamente los avances conseguidos gracias a la construcción europea.

Se quiere situar a medio camino entre los federalistas y los antieuropeos al defender "un pro-europeísmo realista" que proclama que "la UE sólo debería actuar cuando hay claros beneficios adicionales del esfuerzo colectivo en comparación con la acción en solitario de los Estados miembros de forma individual". Y añade: "Nuestro planteamiento debería ser el de avanzar en los asuntos británicos y europeos de interés público cuando sea posible, al tiempo que mantenernos firmes cuando nuestros intereses nacionales se vean en peligro", sintetiza Balls.

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A partir de esas bases, la política europea de Brown va a consistir en la defensa de una Europa de mercados flexibles -laboral, energético, financiero, etcétera-, que otorgue prioridad absoluta a la reforma del presupuesto para reducir su gasto agrícola y para transferir a los países más pobres parte de las ayudas estructurales que aún se destinan a las regiones menos favorecidas de los países más ricos, entre los que se encuentra España.

En el debate sobre la Constitución, Brown defenderá un tratado de mínimos que incluya la reforma institucional y que no aumente la lista de materias que pasan de la aprobación por unanimidad a la mayoría cualificada. Lo más importante para él es no sentirse obligado a cumplir el compromiso de Blair de convocar un referéndum para ratificar el nuevo tratado.

En materia económica defenderá la liberalización de los mercados y la caída de las barreras comerciales. Y en política exterior apoyará la ampliación de la UE a Turquía, Croacia y, llegado el momento, al resto de los países de los Balcanes.

Aunque con Nicolas Sarkozy mantiene una afinidad sobre mercados laborables flexibles, los puntos de conflicto con el nuevo presidente francés son numerosos e importantes: Turquía, el presupuesto europeo y el tradicional proteccionismo comercial francés.

SCIAMMARELLA

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