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Las relaciones de España con EE UU y Cuba

Zapatero disipa tensiones en torno a la visita de Condoleezza Rice

El propio presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se empeñó ayer en relativizar las criticas a la política española hacia Cuba proferidas durante su vuelo a Europa por la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, con la que se reunirá mañana en La Moncloa. "Es comprensible y normal" que Madrid y Washington tengan puntos de vista diferentes sobre el tema, dijo el jefe del Ejecutivo. "Cuando hayamos hablado, las posiciones serán más entendibles y cercanas", añadió.

La jefa de la diplomacia norteamericana expresó públicamente sus dificultades para entender que un país como España, que ha conocido la dictadura y la transición, subrayó, envíe una delegación oficial a La Habana y que no se entreviste con los disidentes del régimen castrista. Ocurrió hace dos meses, durante la primera visita oficial del ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos. El Departamento de Estado juzgó negativamente aquel planteamiento.

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Exteriores confiaba, sin embargo, en que el viaje a Washington que hizo la semana pasada la secretaria de Estado para América Latina, Trinidad Jiménez, para entrevistarse con el responsable estadounidense para América Latina, Thomas Shanon, cubriera definitivamente el contencioso con una sordina que evitara interferencias y divergencias públicas durante la estancia de Rice en Madrid.

Restablecer la normalidad

Hace sólo 48 horas, la diplomacia española consideraba alcanzado ese objetivo y se prometía que la importante visita, llamada a "representar la normalidad de las relaciones entre España y EE UU", según se dice en esos medios, discurrirá sin incidentes. Da la impresión de que, para Madrid, la llegada de la enviada de Bush, la primera en tres años después de tres cancelaciones, podría resolverse con una simple foto, sin grandes conversaciones, con tal de que deje un buen recuerdo y una buena imagen para los anales.

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Pero los comentarios que Rice hizo el lunes chocan con ese enfoque de la visita, y el PP aprovechó la circunstancia para atacar de inmediato la política del Gobierno. De ahí que Zapatero quisiera quitar hierro al asunto. Advirtió de que "los países y los gobiernos no tienen por qué tener visiones idénticas" sobre determinados Estados, especialmente cuando sus pasados históricos son, como ocurre en este caso, muy diferentes. Un diplomático español recordaba estos días que la primera entrevista entre un ministro de Exteriores y un jefe de la diplomacia estadounidense en territorio español tuvo lugar en Cuba, hace dos siglos.

El secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Bernardino León, aseguró ayer por la mañana en las Cortes que, pese a lo dicho por Rice, ningún Gobierno español ha prestado tanta atención a los disidentes cubanos como el actual Gabinete.

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