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Cumbre del G 8

Un balneario visitado por ricos aristócratas y por Hitler

El Ayuntamiento de Bad Doberan, al que pertenece el balneario de Heiligendamm donde se celebrará la cumbre del G 8, tardó 75 años en retirar la ciudadanía de honor de la ciudad al dictador nazi Adolf Hitler. La decisión se tomó por unanimidad ante el inminente bochorno que se produciría por llevar la cumbre a un lugar donde Hitler era ciudadano de honor. El alcalde de Bad Doberan es miembro del partido socialdemócrata (SPD).

Bad Doberan se dio prisa para conceder a Hitler la ciudadanía de honor. El hecho se remonta a 1932 cuando los nazis ni siquiera habían llegado al poder. Ahora, después de 75 años, han retirado el nombre de Hitler de su lista de hijos predilectos.

La cumbre se celebrará en un complejo hotelero al borde del Báltico. Un hotel pretencioso con mucho mármol y mucho mal gusto. El balneario tiene una larga tradición en Alemania y era un lugar apreciado por los ricos desde siempre. La fundación del balneario se remonta a 1793 cuando el duque Federico Francisco I de Mecklenburgo acudió al lugar para beneficiarse de los baños marinos, del microclima y del buen aire que proporcionaban los cercanos bosques de hayas. Imágenes históricas pasadas en televisión muestran a los ricos alemanes que llegaban a Heiligendamm a bordo de prehistóricos automóviles. Estuvo allí la gran duquesa María Alexandrovna Romanov y, entre los visitantes poderosos, figuró también Adolf Hitler.

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Tras la II Guerra Mundial, Heiligendamm quedó en la Alemania comunista, que permitió el acceso a los niños que pasaban allí sus vacaciones de verano. Un antiguo ciudadano de la RDA recordaba estos días que la valla en torno al hotel no es nueva. Las autoridades de la RDA dispusieron habilitar un lugar para que se bañasen en el mar enfermos con lesiones que resultaban desagradables para otras personas. La valla era de palos pegados unos a otros para tapar la visión de los curiosos. Nada que ver con la de 12 kilómetros construida para la cumbre del G 8.

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