Arte y ensayo
Digamos que más que cine de acción lo que se propone es arte y ensayo, por lo que la propuesta no ha sido del agrado de todos. Su comisario, el crítico de arte y profesor de estética en la Universidad de Vigo, Alberto Ruiz de Samaniego, escogió como lema Paradiso Spezzato (Paraíso fragmentado), concepto extraído de Pound, en el que el escritor aludía a la imposibilidad del hombre de acceder a una vida plena. "La manera de relacionarnos con esta experiencia de vida en plenitud es fragmentaria, efímera, como fulguraciones perecederas", indica Ruiz de Samaniego, para quien el arte puede servir para vislumbrar esa felicidad casi imposible. A esta idea responde la selección de los artistas. Pero visto el montaje -la instalación no es brillante; resulta austera y fría- parecen tener más puntos en común por su obsesión por el tiempo y su fugacidad que por la búsqueda de paraísos.
El tiempo es el protagonista, por ejemplo, de una pieza sonora de Los Torreznos (Rafael Lamata y Jaime Vallaure), dos curtidos performers que introducen un humor inteligente y contenido en sus acciones. En esa pieza dan la hora exacta durante 24 horas de forma precipitada y casi ininteligible, pero divertida. Aunque lo suyo es el directo, para Venecia han realizado varios vídeos con sus acciones.
Y tanto le interesa el tiempo a Rubén Ramos, el más joven, que su tesis versa sobre él mismo; combina la tecnología con elementos cotidianos en una investigación que tiene en una bombilla. Dentro de ella, a través de unas retroproyecciones de fibra óptica, se ve como si se bailara un zapateado. Y, cómo no, el tiempo, o más bien la relación entre lo vivo y lo muerto, está en la base de las fotos de Manuel Vilareo, que consigue aprehender la sombra del vuelo de los pájaros en Metamorfosis de la sombra.
