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Juan Marsé: "Tinc molta feina"

Josep Bargalló, el director del IRL, será también uno de los autores estrella de la Feria de Francfort. Filólogo de formación, no ha podido reprimir su instinto por las letras y ha escrito Què fem a Frankfurt? La cultura catalana convidada d'honor a la Fira del Llibre 2007, apenas 83 páginas originariamente en catalán que tendrán versión en inglés, francés, alemán y castellano, y que ha publicado el instituto que dirige. El texto es un repaso a la realidad sociolingüística y cultural catalanas. Deseo y prisas se han aliado malignamente para dejar constancia en negro sobre blanco de circunstancias que desde ayer ya no son exactamente así: "El proyecto Francfort 2007 no puede, ni quiere, esconder la diversidad expresiva de la cultura catalana contemporánea, y no lo hará (...). La presencia de alguno de los autores en lengua española (...) ha de servir para remarcar este diálogo, su relación con la literatura catalana, y para que nos hablen de su experiencia en este contexto".

Ahora se sabe que no dirán ni pío, porque han rechazado la invitación. Es el caso de Juan Marsé, quien asegura que hace mucho tiempo que decidió no ir por "razones personales". "He estado dos veces y en las dos me he aburrido", afirma, y añade: "Estar metido en una especie de jaula nunca me ha gustado. Ya no firmo libros, ni hago cosas así". El escritor defiende que al final se ha creado un "clima que no es agradable", porque esta edición de la feria se "ha politizado mucho".

Tras subrayar su respeto por los organizadores y desearles éxitos "con o sin barretina", remacha: "Cedo con gusto mi lugar a un escritor o escritora en lengua catalana (siempre que no sean Isabel-Clara Simó o Salvador Sostres). En cuanto a mí, tinc molta feina". Por último, Marsé explica que la suya es "una decisión personal, no colectiva". Sus palabras desmienten a los que afirman que varios escritores en lengua castellana adoptaron esta postura tras una reunión celebrada hace un par de semanas en la agencia literaria de Carmen Balcells. Fuentes del sector editorial señalan que en realidad fue sólo una comida a la que asistieron Javier Cercas, Félix de Azúa, Eduardo Mendoza, Balcells y el mismo Marsé para intercambiar opiniones sin ánimo de hacer un frente común.

Ayer, el presidente de la Generalitat, José Montilla, quitó hierro a las polémicas y recordó que la invitación se ha dirigido a decenas de autores sin marginar ninguna lengua: "El Gobierno catalán ha hecho lo que tenía que hacer", indicó.

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