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Blair, ¿presidente de Europa?

Andreu Missé

La propuesta del presidente francés Nicolas Sarkozy, en la que sugería que el líder británico Tony Blair sea el primer presidente del Consejo de la UE, tuvo como primera consecuencia los efectos contrarios de un bumerán, debilitando la capacidad de negociación del Reino Unido para un nuevo Tratado europeo. "Muchos dirán ahora que si el Reino Unido acepta las reformas de los tratados en la próxima cumbre europea será a cambio de colocar a Blair al frente de Europa", manifestó ayer una fuente diplomática.

La propuesta fue presentada por Sarkozy a la canciller alemana Angela Merkel y al primer ministro español, José Luis Rodríguez Zapatero, en las respectivas reuniones que celebró con ellos recientemente. El líder español recibió con agrado la iniciativa, según fuentes próximas al Gobierno.

La creación del puesto de presidente del Consejo Europeo es una de las innovaciones más relevantes que establecía la Constitución europea y que se mantiene en el nuevo tratado. Forma parte de las medidas que pretenden dar estabilidad a las instituciones de la UE. El presidente del Consejo Europeo, que será elegido por mayoría cualificada por mandatos de dos años y medio, sustituirá al actual sistema de presidencias rotatorias de seis meses. El presidente del Consejo asumirá en su rango y condición la representación exterior de la UE, sin perjuicio de las atribuciones del ministro de Exteriores.

Las desventajas del británico

Con independencia de la anticipación de la propuesta, pues el presidente de la UE no empezaría sus funciones hasta finales de 2009, Blair cuenta con algunas desventajas. El más significativo es que su país, el Reino Unido, no pertenece al grupo de países que lideran el proyecto europeo, como son los que han adoptado el euro, o pertenecen al espacio Schengen, que tiene como objetivo eliminar las fronteras interiores. Blair también había sido mencionado como uno de los candidatos para presidir la Comisión. En cualquier caso, fuentes oficiales del Gobierno británico negaron ayer la información que había destacado Financial Times. "El primer ministro", dijo un portavoz, "ha dicho claramente que no quería volver a la primera línea de la política".

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