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Juicio por el mayor atentado en España | 11-M

Abascal pide una sentencia absolutoria para Zougam "por el bien de España"

Jamal Zougam es "una cabeza de turco", un "chivo expiatorio" del 11-M, cuya acusación ha sido edificada sobre "una selva de mentiras". José Luis Abascal, defensor del primer detenido tras los atentados, hizo todo lo posible para descalificar las declaraciones de testigos que colocan a Zougam en los trenes, las pruebas obtenidas durante la investigación y los informes policiales. Los testigos mienten todos, las pruebas son falsas y los informes policiales son puro "marketing policial, un invento".

Abascal ha sido el máximo representante en la sala de la teoría de la conspiración y, por si quedaban dudas, ayer lo corroboró. La Renault Kangoo se llenó de efectos gracias a la labor de un "David Copperfield del laboratorio mágico de los Tedax". ¿La mochila de Vallecas?, "jamás estuvo en los trenes". Es más, el artificiero que la desactivó no sólo no se jugó la vida, sino que, además, simuló heroísmo y "no corrió ningún riesgo". Los reconocimientos de los testigos, "una mentira falaz más". Todo fruto de "una maniobra policial", "un proceso inquisitorial, "una campaña falaz empujada por los numerosos intentos ocultos de las Fuerzas de Seguridad para implicar a Jamal". Los que no han apoyado a Zougam, ha dicho Abascal, "se lo han inventado todo". No contó, en cambio, que él, como letrado, ha intentado vincular a etarras de Nicaragua con un atentado islamista en Nueva York en 1993; que intentó colar como temporizador de ETA un reloj de lavadoras y otros intentos de vincular a la banda terrorista vasca en los atentados que le han hecho famoso. Ayer prácticamente se olvidó de ETA y de que fue él mismo quien llevó a tres etarras a la vista.

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El letrado insistió en que cuando se cometieron los atentados, Zougam estaba durmiendo en su casa y destacó cómo su cliente no escapó de España. "Una vez que se descubrió la mochila de Vallecas y, aunque no apareció antes, se supo que una tarjeta vendida en su locutorio estaba en su interior, ¿por qué no huyó? Si hubiera tenido algo que ver con la tarjeta no se habría quedado en su tienda".

Abascal ironizó sobre lo pésimo terrorista que sería su cliente, en caso de que hubiera estado en los trenes. "Son los terroristas más descuidados, imprudentes y despistados del mundo", dijo, tras describir las pistas halladas durante la investigación que llevaron al piso de los suicidas de Leganés y la detención de los hoy procesados. Por ello pidió una "sentencia absolutoria, por el bien de España", que motivó un incidente en la sala que salpicó a víctimas, abogados de acusación y periodistas, y obligó al juez Gómez Bermúdez, a hacer, el último día, el primer apercibimiento de desalojo de la sala.

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