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Reportaje:

"¡Esto necesita 3 en 1!"

Aguirre se queja del ruido y la lentitud en la inauguración del tranvía a Pozuelo y Boadilla

Pilar Álvarez

A la presidenta no le gusta el ruido. Y el tranvía de Boadilla del Monte chirriaba ayer como una bisagra oxidada. En cada túnel, el rechinar de las ruedas. "¿Oyes? ¡Esto necesita 3 en 1!". Esperanza Aguirre se lleva la mano a la oreja y mira a uno de los directivos de la concesionaria del llamado Metro Ligero del Oeste, cada vez más incómodo dentro de su traje negro. Es el primer día y el examen es duro. "¿Y esto se oye fuera? Las campanitas me parecen molestísimas".

Todo eran pegas en el viaje inaugural de las dos líneas que conectan Pozuelo de Alarcón (79.581 habitantes) y Boadilla del Monte (37.926 vecinos) con la línea 10 de metro (Puerta del Sur- Hospital del Norte). Se prevén 100.000 usuarios.

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Con un calor insoportable y dos meses después de la fecha prevista, Aguirre volvió a subirse a un vagón nuevo. Guión similar a otras inauguraciones: recorrido de autoridades, vídeo promocional, unas palabras y baño de multitudes. Vecinos que aprovechan para reclamar más jardines a Aguirre, que la llaman guapa, la besan, la abrazan y vuelven locos a los de protocolo. Como en campaña, pero a cuatro años vista de las próximas elecciones.

La presidenta está sentada en el vagón. A su lado, el consejero de Transportes, Manuel Lamela, que habla poco. Aguirre sólo tenía ayer ojos y boca para los gestores del Metro Ligero del Oeste. Directivos de la Unión Temporal de Empresas (UTE) encabezada por OHL. El contrato incluía la construcción de las dos líneas, que han costado 362,2 millones, y la explotación del servicio. A cambio, la Comunidad de Madrid pagará durante 30 años un canon a la UTE por cada viajero.

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Aguirre aparca el tema del estruendo y pregunta por otro asunto: los tiempos. El trazado de Pozuelo, de 8,7 kilómetros y 13 estaciones, se recorre en 23 minutos; la línea de Boadilla (13,7 kilómetros y 16 paradas), en 33. "¿Más de media hora? Eso es mucho", dice la presidenta. No se oye un pero.

"¿Por qué frenamos aquí? Cuando no hay gente en la parada, el metro debe seguir". Es la estación de Retamares, la décima de Boadilla y en mitad del campo. Aguirre pide que se suprima, de momento. Hasta que haya viviendas y vecinos.

"Tiene que llegar antes". Es una orden. Al hombre del traje negro ya le sobra la corbata. El tren enfila la estación de Ciudad del Cine. Faltan tres paradas para el final del viaje. "No creo que venga nadie a ver una película a las diez de la mañana, así que no hay que parar". Anotado.

Tercera cuestión: la seguridad. La estación de Ciudad del Cine es polémica. Pasa por delante de la salida de una sala de proyecciones. "En Kinépolis hemos puesto una valla, ¿no?", pregunta la presidenta. Alguien dice bajito que no, que son jardineras. Una fila de plantas aísla la vía.

A Aguirre parece convencerle, pero la oposición considera que la presidenta se jugó ayer "la vida" al subirse en el tranvía. Así lo ven desde el grupo municipal socialista de Pozuelo, que no acudió a la inauguración. Su portavoz, Eva Izquierdo, recordó las últimas semanas "de accidentes, fallos en la señalización y problemas de seguridad", informa Europa Press. El jueves por la tarde, a menos de 24 horas de su inauguración, el pantógrafo de un tren -el artilugio que conecta el vagón con la catenaria- se rompió. El convoy circuló durante tres kilómetros, desde la parada de Ferial de Boadilla hasta la estación de Infante Don Luis, y lo hizo pelando el cable de la catenaria, según una portavoz de Transportes. Los técnicos trabajaron hasta la madrugada para repararlo. Las dos líneas funcionaron ayer sin problema.

Con el Metro Ligero del Oeste culmina el plan de ampliación de la anterior legislatura: 80 estaciones más y 90 kilómetros nuevos. Aguirre detalló el coste de su propuesta de crecimiento del transporte sobre raíles para los próximos cuatro años: 4.150 millones de euros. La Comunidad proyecta llevar el metro a los barrios de Mirasierra y Las Rosas, en Madrid, y a los municipios de Torrejón de Ardoz, Majadahonda y Las Rozas, además del nuevo metrobús, nueve líneas de Metro Ligero y el Cercanías a Navalcarnero.

De momento, el tranvía del oeste servirá a los estudiantes del campus universitario de Somosaguas, los trabajadores de la Ciudad Financiera del BSCH, los de la Ciudad de la Imagen... Y

a vecinos de otros municipios, como Alcorcón. Dos estaciones de la línea de Boadilla (Montepríncipe y Ventorro del Cano) están en el término municipal alcorconero. Además, desde el lunes funcionará una línea de autobuses, la 575, que unirá Brunete con Boadilla. Sus vecinos también podrán subirse al tranvía en el intercambiador de Puerta de Boadilla. Aunque chirríe.

Los nuevos recorridos cuestan un euro

El metro ligero (tranvía) de Pozuelo y Boadilla funciona desde las 6.00 hasta la 1.30.

Si usa sólo el tranvía, el billete sencillo cuesta un euro. Para seguir hacia Madrid, conviene el billete combinado de 1,75.

Los billetes se compran en las expendedoras de las estaciones.

Los tiques se validan

en las máquinas amarillas situadas en los vagones.

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Sobre la firma

Pilar Álvarez
Es jefa de Última Hora de EL PAÍS. Ha sido la primera corresponsal de género del periódico. Está especializada en temas sociales y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en este diario. Antes trabajó en Efe, Cadena Ser, Onda Cero y el diario La Opinión. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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