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Reportaje:

Terror guasón

Robert Rodríguez estrena su película en homenaje a las populares series B de violencia y espanto de los setenta y ochenta

A Robert Rodríguez -sombrero y botas de cowboy, porte de actor de películas del oeste- no le preocupa que varios cines estadounidenses hayan presentado quejas por las fallas técnicas de su película Planet terror, que se estrena hoy en las salas españolas. La cinta tiene trozos granulados, algunos segmentos se derriten durante la proyección, incluso hay una escena que se corta abruptamente y aparece un anuncio con un texto de disculpa porque se ha perdido una de las bobinas; de repente, la siguiente escena. "Nos ha parecido muy divertido que hayan reaccionado así. Creo que no entienden el espíritu de lo que estamos haciendo", comentó Robert Rodríguez (Texas, 1968) durante su reciente visita a Madrid, acompañado de Rose McGowan, protagonista de la serie Embrujadas, y que encarna a una heroína de pierna letal que fumiga zombis en Planet terror.

Sobre Tarantino: "En muy poco espacio de tiempo nos inspiramos y nos damos muchísimas ideas"
El director presenta una historia de amor, muerte, vísceras y pus, que al final reivindica la vida de forma cursi
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Lo que están haciendo Rodríguez y su cómplice Quentin Tarantino es dar status al cine con menos status del mundo: "Cuando iba al cine a ver estas pelis, la mitad de la cinta estaba toda rayada, pero eso le imprimía carácter", asegura. "Muchas de ellas eran buenas ideas pero sin dinero para llevarse a cabo y, de hecho, muchas provocan más risa que miedo".

Rodríguez se refiere a las populares películas de serie B: al cine de zombis, balas y vísceras que puso de moda George Romero, cuando en 1968 estrenó la ya mítica La noche de los muertos vivientes, y que se popularizó en EE UU en salas de cine bautizadas como grindhouse, en las que ofrecían dos películas por el precio de una.

Justamente Grindhouse es el nombre del proyecto de Rodríguez y Tarantino que ve la luz en España en medio de cierta polémica, al haberse cambiado esencialmente la propuesta de los cineastas. Ésta consistía en regalar al espectador dos pelis por el precio de una: Planet terror, de Rodríguez y Death Proof, de Tarantino (que se estrena el 31 de agosto).

En España, sin embargo, se estrena por separado. Y el regalo para el espectador español se reduce a unos trailers ficticios con la misma dosis de sangre, gritos y humor. Rodríguez explica que la idea de proyectarlas juntas en doble función en los países de habla inglesa "es porque ahí se conoce lo que fueron los grindhouses. Pero en EE UU comprobamos que era mucho tiempo para estar en una sala de cine". Otra razón para estrenarla por separado podría ser la taquilla. Planet terror recaudó 11 millones de dólares (8 millones de euros) durante el fin de semana de su estreno, frente a una expectativa de 20 millones de dólares.

Detalles logísticos y comerciales al margen, Rodríguez, director de Sin City, El mariachi y las tres entregas de Spy Kds protagonizadas por Antonio Banderas, defiende su proyecto: "Se me ocurrió mientras realizaba el casting de La facultad (1998). De alguna manera es un homenaje a George Romero y a John Carpenter. Creo que aunque haya llegado tarde a este tipo de cine, a todos les quedará grabada la imagen de Cherry Darling con su pierna-ametralladora".

Cherry Darling (Rose McGowan) es una bailarina go go que se deprime y renuncia a su trabajo de stripper en un bar de mala muerte. Entonces se reencuentra con su gran amor, El Wray (Fredy Rodriguez). A partir de ahí, Rodríguez descarga sus más surrealistas caprichos. Un zombi se cena la pierna de la bailarina, que es remplazada por una ametralladora; Bruce Willis resulta ser un mercenario de guerra relegado y convertido en zombi, como toda su tropa, por un gas que aspiraron en Afganistán; un experto en asados encuentra en su propia sangre el ingrediente mágico de su salsa barbacoa; un Tarantino que interpreta a uno de los soldados que, hambriento de sexo, nos deja ver cómo su pene se va derritiendo como un líquido viscoso; y una pareja de doctores en crisis matrimonial.

Rodríguez presenta una historia de amor, muerte, vísceras y pus, que al final reivindica, de manera cursi, la vida. Él lo resume como "un grupo de personas con personalidades muy peculiares que deben luchar juntos, en una situación que los tiene al límite de la extinción".

Para este director de origen mexicano, el compromiso de los actores fue fundamental: "Existe una línea muy fina entre lo serio, lo cómico, lo terrorífico y lo que se pasa de la raya. En Planet Terror he querido pasarme un pelín de forma cómica, porque sabía que los actores me ayudaban con una interpretación seria".

Rodríguez proyecta seguir recreando a los héroes y antihéroes que en su niñez solía ver con su madre en el cine. Ahora está cocinando un remake de Barbarella, que protagonizó Jane Fonda en 1968. También escribe la segunda parte de Sin City y le ronda la idea de producir Machete, uno de los sangrientos trailers ficticios que realizó para Grindhouse. Sobre Tarantino, su compañero de fórmula en ésta y otras aventuras, afirma que se complementan, porque "en muy poco espacio de tiempo nos inspiramos y nos damos muchísimas ideas, una detrás de otra".

Robert Rodriguez durante la presentación de <i>Planet terror</i><b> en Madrid. </b>
Robert Rodriguez durante la presentación de Planet terror en Madrid. EFE
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