_
_
_
_
_

El Gobierno de Argentina ataca a la oposición por el 'caso del maletín'

Jorge Marirrodriga

El escándalo de la maleta con 780.000 dólares (574.000 euros) interceptada a un empresario venezolano en Buenos Aires ha colocado a la defensiva al Gobierno argentino, centrado en la campaña de lanzamiento electoral de Cristina Kirchner. Ante la lluvia de acusaciones que denuncian el desinterés oficial por investigar el nuevo caso de corrupción, el Gobierno ha disparado contra Mauricio Macri, el gobernador electo de la capital argentina, acusándole de "saber de contrabando" y de cómo eludir la acción de la justicia.

Mientras, la fiscalía ha ordenado la detención de Guido Antonini, el portador del maletín, quien lo entregó a los estupefactos funcionarios de aduanas argentinos diciendo: "Yo sólo cumplo órdenes, quédense con el dinero". Antonini viajaba con altos funcionarios argentinos y venezolanos y llegó a la capital argentina apenas 48 horas después de que lo hiciera en visita oficial el presidente venezolano, Hugo Chávez. Ayer, el empresario estaba fuera del país.

Más información
Se ordena la captura internacional del venezolano que intentó entrar en Argentina con un maletín de 800.000 dólares
El FBI sospecha que el maletín decomisado en Buenos Aires era para la campaña de Kirchner

La oposición argentina ha elegido el fuego cruzado. Mientras Macri habla de contrabando de dinero y exige al presidente, Néstor Kirchner, que salga a dar explicaciones y que se depuren responsabilidades en el Gobierno, el candidato Roberto Lavagna reclama información sobre el carácter de las relaciones con la Venezuela de Chávez.

Kirchner ha declarado tener "las manos limpias" y no poner la mano en el fuego "por nadie". Uno de sus hombres de confianza en el Gobierno, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, ha optado por atacar directamente a Macri. Mientras, el otro peso pesado, el ministro de Planificación, Julio de Vido, señalado por la oposición como responsable, permanece en segundo plano.

Un motivo menor

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Kirchner esperaba dar por zanjada la cuestión la pasada semana con la destitución de un alto funcionario y por un motivo menor: haber permitido en Caracas la subida de Guido Antonini al pequeño avión de ocho plazas fletado por una empresa pública argentina. Pero a medida que se conocen los detalles, el caso está revelando aspectos de la relación con Venezuela que la Administración argentina prefiere que no aparezcan en época electoral, especialmente la creciente influencia de la estatal venezolana Petróleos de Venezuela (PDVSA). De hecho, en su primer acto electoral en Buenos Aires en la madrugada de ayer (hora peninsular española), Cristina Kirchner no hizo ninguna mención al escándalo.

La polémica ha salpicado también a uno de los personajes más polémicos próximos al Gobierno de Kirchner. Se trata de Luis D'Elía, líder piquetero que ha tenido que salir a desmentir que el dinero interceptado por la aduana tuviera como destino la financiación de los movimientos piqueteros argentinos. D'Elía, quien ha llegado a asegurar que todo se trata de una operación de los servicios de inteligencia estadounidenses, calificó la acusación como "una canallada".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_