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513 muertos, 1.090 heridos y 37.521 casas destruidas

A Ica (región del sur de Perú devastada por un terremoto hace hoy una semana) le quedan ahora por delante al menos 15 días de excavadoras. De manera que la tierra temblará por primera vez artificialmente y no de forma natural. Será como remover ciudades enteras reducidas a escombros. La estampida hacia Lima o cualquier otro destino seguro de colas de damnificados pugnando por una plaza de avión en el puente aéreo con la capital, se explica, dado que las réplicas del seísmo no perdonan en este sur chico -de vastas dimensiones-, como la última, el pasado martes, de 5,1 grados en la escala Richter.

En el restaurante Huarango Grill, de la calle de San Martín con Abraham Valdelomar, un nutrido grupo de comensales se levantó a toda prisa y se plantó en la calle en un acto reflejo que se repite desde el primer día. Un público infantil que se distendía con los primeros artistas en llegar a animarles sufrió de nuevo un ataque de pánico. Los niños de esta generación no podrán olvidar el terremoto del 15 de agosto de 2007, que les hizo vivir en un constante sobresalto. Un equipo de psicólogos partió en la mañana de ayer de Lima hacia las zonas arrasadas.

Ajena a todo ello, la maquinaria pesada desescombra las ruinas de lo que fueron hermosas capitales a caballo de un mundo rural, cada vez con menos fe de que emerjan cuerpos con vida.

Fumigar con esmero todo Ica, donde huela mal por acumulación de basuras o restos humanos descompuestos, es empeño de las autoridades para sortear posibles epidemias. La población será vacunada masivamente. La luz ha vuelto a un 90% de Ica capital, un 60% a Chincha y un 30% (mediante grupos electrógenos) a Pisco, la ciudad peor parada. En Ica se reabren los mercados y el agua se restablece progresivamente. El último cómputo oficial habla de 513 muertos, 1.090 heridos, 37.521 viviendas afectadas y más de 200.000 damnificados. Las pérdidas de la catástrofe han sido evaluadas, provisionalmente, en 230 millones de dólares [170 millones de euros]. El hotel Embassy, en Pisco, todo un lujo de la hostelería local, se vio reducido de cinco plantas a dos tras el seísmo y debajo de sus ruinas puede haber 75 personas vivas o muertas.

Víveres y medicinas

Las ayudas -víveres, frazadas y medicinas- llegan más ordenadamente a su destino, pero éste prioriza a las capitales, mientras en la sierra muchos poblados siguen dejados de la mano de Dios, pese al uso de helicópteros. Los saqueos han disminuido, pero en el distrito de Subtanjalla, al norte de Ica, en el fin de semana una turba desesperada robó, ante la impotencia de los agentes custodios, todo lo que halló a su paso, de arroz, azúcar, frijoles y leche.

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Y en Chincha, los pobladores llegaron a pertrecharse con palos, machetes y escopetas para disuadir a los malhechores. El Ejército y la policía han impuesto una razonable seguridad. Varios de los presos fugados el primer día comenzaban a ser capturados.

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