_
_
_
_
_
Reportaje:La ofensiva terrorista

ETA consuma al quinto intento su amenaza de atentar

La explosión de la furgoneta bomba culmina una serie de atentados frustrados por las fuerzas policiales españolas y francesas tras el anuncio de ruptura del alto el fuego

ETA había intentado en cuatro ocasiones atentar desde que anunció formalmente, el pasado 5 de junio, el fin del alto el fuego. Ninguna de estas tentativas prosperó gracias a las Fuerzas de Seguridad del Estado. Antes de que la banda terrorista diese por concluida la tregua, los cuerpos policiales de España y Francia ya habían asestado duros golpes a su estructura. El ataque contra la casa cuartel de Durango rompió ayer la racha de éxitos policiales y consumó la amenaza lanzada hace 70 días: "ETA estará activa en todos los frentes".

La lucha antiterrorista no se detuvo cuando ETA, el 22 de marzo de 2006, declaró el alto el fuego. La primera señal de alarma llegó en octubre, cuando la banda robó 350 pistolas en Francia. Después, el 29 de noviembre, la policía gala detuvo al supuesto jefe del aparato logístico, Zigor Garro Pérez. Con él cayeron su pareja, Marina Bernadó Bonada, y Ekain Mendizabal Mugika. El 23 de diciembre, la Ertzaintza descubrió un zulo en Amorebieta (Vizcaya) con 60 kilos de sustancias para elaborar explosivos. Una semana después, ETA explosionó en Barajas la furgoneta bomba que mató a los ecuatorianos Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio.

La casa cuartel de Durango y sus agentes han sufrido 10 ataques desde 1978
Más información
ETA reaparece con un coche bomba contra el cuartel de la Guardia Civil de Durango

La banda aseguró que el proceso de paz seguía pese a que acababa de perpetrar su primer atentado mortal en tres años y siete meses, pero sus embates no cesaron. El 4 de enero se descubrió una bomba con 100 kilos de amonal junto a un coche abandonado en Atxondo (Vizcaya), y al día siguiente 80 kilos de explosivos en la misma localidad. Se presume que pertenecían a los miembros del comando Vizcaya Asier Larrinaga Rodríguez y Garikoitz Etxeberria Goikoetxea, arrestados en Francia el 9 de enero. El 25 del mismo mes, la Policía detuvo en la localidad gerundense de Port Bou a Iker Aguirre Bernadal, miembro liberado de ETA que trataba de entrar en España para recopilar información sobre la Copa del América.

La mayor operación se llevó a cabo el 28 de marzo, con ocho detenidos en Guipúzcoa, Álava y Navarra. Entre ellos, José Ángel Lerín Sánchez, que tenía una de las pistolas robadas en Francia, junto con otros seis presuntos etarras. La Policía halló material para fabricar cloratita en una vivienda en Andoain. A los cuatro días, el arresto de tres terroristas acabó con el comando Donosti.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Tras la ruptura de la tregua, el 7 de junio, agentes franceses apresaron en Bagneres de Baigorri a tres liberados. El 12 de ese mes, fue detenido en México Antonio Aspiazu, con una orden de detención por colaboración con banda armada. En Canadá se echó el guante a dos supuestos etarras: Víctor Tejedor Bilbao, el 13 de junio, e Iván Apaolaza Sancho, el 20. Al día siguiente, la Guardia Civil localizó en Ayamonte (Huelva) un vehículo portugués con 100 kilos de explosivos.

Las siguientes detenciones se produjeron de nuevo en Francia. El comando formado por Ekaitz Aguirre, José Antonio Aranibar y Ángel Cardaño fue interceptado el 2 de julio en Saint Jean de Pied de Port, a bordo de una furgoneta robada con 165 kilos de explosivos. El día 3, un control cerca de París cazó a Iker Beristain Gutiérrez y Liher Rodríguez y desbarató el aparato de falsificación de ETA. Una semana más tarde, cuatro cabecillas de la kale borroka corrieron la misma suerte en Vitoria. Mientras, en Santander, fue detenido Aritz Arginzoniz, huido tras la desarticulación del comando Vizcaya en enero. Portaba una mochila con una pistola y un temporizador, y presumiblemente iba a atentar con un coche bomba contra un edificio público. El 11 de julio fueron capturados junto a Burdeos Iker Mendizabal y José Juan García, presuntos jefes de logística en sustitución de Garro.

La última tentativa de atentado se gestó en Castellón. Ander Múgica, de 24 años, huyó de un taxi al toparse con un control policial en Torreblanca. En el taxi se dejó una mochila con material para fabricar bombas. La Policía lo relacionó con el coche de Ayamonte. El 25 de julio cayó uno de los etarras más buscados, Pablo Aperribay, cuando trataba de robar un coche en Lannemezan (Francia), a la vez que la banda explosionaba dos artefactos de escasa potencia en Navarra antes del paso del Tour.

Al día siguiente, la policía gala detuvo en Rodez a Juan Cruz Maiza, considerado el jefe del aparato logístico de ETA, y a dos militantes. En su vivienda se encontró material para elaborar bombas. La segunda quincena de julio, la banda envió cartas de extorsión a empresarios. El 13 de agosto, se localizó en un garaje de Biarritz un arsenal con dos bombas lapa listas para utilizar.

Ayer la banda sí tuvo éxito y golpeó en un lugar ya castigado por ETA. El cuartel de la Guardia Civil y sus agentes en Durango han sufrido diez atentados desde 1978, con el resultado de un agente muerto (Pedro Ballesteros, ametrallado el 20 de marzo de 1988) y cuatro heridos, informa Vasco Press. Seis atentados fueron dirigidos contra la casa cuartel y cuatro contra patrullas o agentes fuera de servicio.

El atentado no sorprendió al ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que un día antes había reconocido que el prolongado silencio de Batasuna era "el peor de los augurios". Su predicción resultó mucho más certera que la José Luis Rodríguez Zapatero -"dentro de un año estaremos mejor que hoy"-, la víspera del atentado de Barajas.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_