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La opinión pública en Occidente

Irán mantiene abierta la brecha transatlántica

Europeos y estadounidenses discrepan sobre el uso de la fuerza frente al régimen iraní - El 50% de los europeos cree que la relación con EE UU no mejorará con un nuevo presidente

Asentada la polvareda de la ruptura entre europeos y estadounidenses a propósito de la guerra de Irak, aquel enfrentamiento ofrece indicios de haber consolidado diferencias de enfoque entre ambos lados del Atlántico que se reavivarían en caso de crisis internacional ante los planes nucleares de Irán. Aunque hasta ahora los aliados van de la mano en su estrategia diplomática ante Teherán, las respectivas opiniones públicas muestran diferentes sensibilidades: mientras el 47% de los estadounidenses considera aceptable una intervención militar en la República Islámica, sólo el 18% de los europeos opta por la fuerza. Pese a las diferencias, la mayoría de los europeos (54%) pide que la UE se coordine con EE UU para mantener la estabilidad mundial.

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Éste es uno de los resultados ofrecidos por el sondeo de opinión que cada año realiza la German Marshall Fund, copatrocinado por la Fundación BBVA, para tomar el pulso a ambos lados del Atlántico (13.000 encuestados en EE UU y 12 países de Europa, entre ellos España) ante los grandes retos.

La encuesta indica que la llegada de nuevos líderes (Nicolas Sarkozy y Gordon Brown, tras los pasos de Angela Merkel) ha conllevado propuestas de mejora en las relaciones transatlánticas que no acaban de calar. George Bush ha creado una fractura con la opinión pública europea que lleva camino de enquistarse: la mitad de los europeos cree que las relaciones entre Europa y Estados Unidos no cambiarán a pesar del relevo en la Casa Blanca tras las elecciones de 2008. Cuando se pregunta a los europeos cuál es la razón principal del desajuste, se dividen por igual entre quienes lo atribuyen a la gestión de Washington de la guerra en Irak (38%) y al repudio del propio Bush (34%), con un aplastante 77% de desaprobación de la política internacional del presidente.

La consecuencia es que el 58% de los europeos considera indeseable el liderazgo incontestable de EE UU en la escena internacional y reclaman mayoritariamente que la UE asuma un papel más activo en la gestión de los asuntos globales. La encuesta Tendencias Transatlánticas 2007 abunda en la vía pacífica que quieren los europeos: más gasto en ayuda al desarrollo (84%), potenciación del comercio como instrumento de la política exterior (74%) o envío de soldados en misiones de mantenimiento de la paz (68%). Sólo un 20% apoya la idea de enviar soldados en misión de combate.

Ese contraste de sensibilidades se plasma en el modo de afrontar situaciones como la estabilización de Afganistán o los planes de la República Islámica de convertirse en potencia nuclear. Dos de cada tres consultados a ambos lados del Atlántico apoyan la intervención en Afganistán, pero discrepan sobre el recurso a las armas, que aprueban con holgura los estadounidenses (68%), mientras que apenas lo acepta el 30% de los europeos. La insistencia iraní en dominar el proceso nuclear es vista por las opiniones públicas como un peligro de gravísimas consecuencias: el 54% de los europeos y el 66% de los estadounidenses creen probable que Teherán llegue a amenazar a Europa con armas nucleares. Dos de cada tres europeos considera factible que Irán acabe por suministrar armamento nuclear a grupos terroristas, temor que comparten el 83% de los estadounidenses; el 61% de los europeos y el 75% de los norteamericanos creen que Irán atacará a sus vecinos.

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El corolario de esa percepción es que europeos y estadounidenses piden el mantenimiento de la presión diplomática para frenar las ambiciones iraníes, con la sustancial diferencia de que mientras en Estados Unidos el 47% de los consultados desea ver abierta la opción de la fuerza, en Europa sólo el 18% de la población acepta tal salida. Lo que permite aventurar que Irán toma el relevo de Irak a la hora de mantener abierta la brecha transatlántica creada en 2003.

A pesar de esas diferencias, son mayoría los europeos (54%) que piden que la UE se coordine con EE UU en el mantenimiento de la estabilidad internacional, frente al 43% que aboga por la vía autónoma. A ambos lados del Atlántico ha crecido la sensación de amenaza con el cambio climático (85%), la dependencia energética (78%) y el terrorismo internacional (66%) como principales peligros a ojos europeos, mientras que para los estadounidenses la dependencia energética (88%) desplaza a la crisis económica (80%) y al terrorismo internacional (74%).

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