El Ejército censura los abucheos a Zapatero en la ofrenda a los caídos

La campaña del PP para agitar una respuesta ciudadana a favor de la bandera tuvo ayer como efecto una ruidosa protesta contra el presidente José Luis Rodríguez Zapatero en el momento más emotivo del desfile militar. Los gritos contra el jefe del Gobierno rompieron el silencio de la ofrenda a los soldados fallecidos en presencia de familiares suyos. Mandos militares expresaron su malestar porque los abucheos perturbaron un acto tan solemne. Mariano Rajoy, líder del PP, eludió reprobar la conducta de los alborotadores.

El general Félix Sanz, jefe de la cúpula militar y máximo responsable del desfile, se quedó lívido. Como quedaron desconcertados familiares de algunos de los nueve soldados y un traductor del Ejército muertos en Líbano y Afganistán el último año.

"Podían haber elegido cualquier otro momento", se lamentaba el general Sanz. "Algunos paracaidistas tenían lágrimas en los ojos". Otros militares, no precisamente afines al Gobierno, expresaban su malestar con palabras más gruesas.

Fuentes de La Moncloa intentaron minimizar la dimensión del abucheo, en el que participaron cientos de personas, pero Rodríguez Zapatero no dudó cuando se le preguntó si lo había oído. "Sí", dijo. "Es un clásico", añadió al recordar los antecedentes de otros años. Tras mostrar su respeto por la libertad de expresión de los ciudadanos, se limitó a preguntarse por la oportunidad del momento elegido. El presidente tachó de "falsa polémica" los debates en torno a la bandera y aseguró que la supuesta crisis de la Corona "no llega ni siquiera a simple resfriado".

Rajoy rehusó reprobar la actitud de quienes perturbaron con protestas contra Zapatero el acto de homenaje a los caídos. "Siempre estoy a favor de que nadie se meta con nadie. No lo hice ni lo hubiera hecho".