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Reportaje:Fórmula 1 | Gran Premio de Brasil

Entre la apoteosis y la frustración

Vencedores y vencidos en la última y definitiva carrera rememoran su experiencia al límite

Robert Álvarez

Adelaida, 26 de octubre de 1986. Nigel Mansell disfrutaba de la posición que ahora ostenta Lewis Hamilton. Alain Prost, a seis puntos de Mansell, estaba en parecidas circunstancias a las de Fernando Alonso. Nelson Piquet vendría a desempeñar el papel de tercero en discordia, hoy representado por Kimi Raikkonen. En aquel decisivo Gran Premio de Australia, Prost ganó el segundo de sus cuatro títulos después de que Mansell sufriera el reventón de una de las ruedas de su Williams cuando quedaban 19 vueltas para el final de la carrera.

"Todavía hoy no puedo creer la forma en que perdí aquel campeonato", cuenta en su autobiografía Mansell, que fue campeón en 1992; "Williams cometió un tremendo error al no hacerme entrar en los boxes para cambiar los neumáticos. Estaba sólo a 70 kilómetros del título. Acabé destrozado. Fue, sin duda, la mayor decepción de mi vida". Goodyear había aconsejado antes de la carrera un cambio de gomas por precaución. En Williams no hicieron caso y el resultado fue devastador.

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En ocho de las 24 ocasiones en que el título se ha dirimido en la última carrera, el campeón no fue el que llegaba como líder a la prueba. Y también ocho veces el desenlace fue a tres bandas, como sucederá hoy. Los ocho pilotos que lograron remontar en el cierre de campeonato fueron: Luigi Fagioli (dos puntos a Juan Manuel Fangio en 1950), John Surtees (cinco a Graham Hill en 1964), James Hunt (tres a Niki Lauda en 1976), Nelson Piquet (uno a Carlos Reutemann en 1981 y dos a Prost en 1983), Prost (seis a Mansell en 1986), Jacques Villeuneuve (uno a Michael Schumacher en 1997) y Mika Hakkinen (cuatro a Eddie Irvine en 1999).

El campeonato de 1999 fue el último en que el líder no logró sentenciar el título en la última prueba. Aquella temporada quedó marcada por el grave accidente de Schumacher en Silverstone. Su compañero en Ferrari, Irvine, no acertó a recoger el testigo pese a los cuatro puntos de ventaja que poseía antes de la última prueba en Japón. Pero Hakkinen ganó en Suzuka, el único resultado que debía impedir Irvine para no dejar escapar el título. "Tener que ganar el campeonato en el último gran premio rompe los nervios. Es una experiencia que no recomiendo a nadie. Ya la había pasado en 1998, cuando gané mi primer título luchando con Schumacher, y entonces ya pensé que con una vez era suficiente".

Uno de los desenlaces más polémicos fue el de 1997. Schumacher sumaba 78 puntos y Villeneuve uno menos ante la última carrera, en Jerez. La sesión de entrenamientos avivó la polémica. Los dos concluyeron con el mismo tiempo. La pole fue para Villeneuve, pero Schumi le adelantó en la salida. En la vuelta 48ª, el canadiense trató de superar a su rival. Schumacher le cerró y el Williams chocó con el Ferrari. De no haber colisionado, es posible que Villeneuve se hubiera ido a la gravilla. Sucedió lo contrario. Schumacher quedó atrapado y el título fue para Villeneuve. "Michael intentó sacarme de la pista, pero no lo consiguió. Ganar fue algo fantástico", dijo el canadiense. Días después, la FIA sancionó a Schumacher con la pérdida del subcampeonato.

Aficionados españoles en Brasil.
Aficionados españoles en Brasil.CLAUDIO ÁLVAREZ

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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