_
_
_
_
_
Los desafíos de la OTAN

EE UU exige más tropas para Afganistán

España y Alemania insisten ante la OTAN en que la prioridad es la reconstrucción

Estados Unidos reclamó ayer un mayor esfuerzo de los aliados en Afganistán y subrayó la necesidad de impulsar la formación del Ejército afgano que debe de tomar (en cuanto sea posible) el relevo en la lucha contra los talibanes. La exigencia se planteó ayer en una reunión de ministros de Defensa de la OTAN celebrada en Noordwijk (Holanda) ante algunos Gobiernos, como el alemán o el español, que defienden la tesis de que el problema afgano no es sólo una cuestión de soldados sino de reconstrucción del país.

"Si nos vamos, [Hamid] Karzai no dura ni 10 días", dijo una fuente diplomática aliada al reconocer sin tapujos lo precario de la situación. "Tenemos cubierto el 90% de la fuerza necesaria", indicó el secretario general de la Alianza, Jaap de Hoop Scheffer, para referirse a los helicópteros y otro equipamiento que aún faltan para apoyar a los 40.000 soldados desplegados.

"Si nos vamos, [Hamid] Karzai no dura ni 10 días", dice un diplomático
El ministro holandés habló de "un reparto justo de cargas y riesgos"
Más información
Demasiado poco y demasiado tarde

Los ministros de Defensa de la OTAN se reunieron para debatir a puerta cerrada sobre la evolución del conflicto en Afganistán y subir la moral a quienes están sometidos a la intensa presión de unas opiniones públicas que no terminan de ver la necesidad de la intervención. Entre ellos el propio anfitrión, Eimert van Middelkoop. El ministro democristiano holandés tiene que contrarrestar los recelos de sus colegas socialdemócratas en el Gabinete y de una opinión pública convencida de que Holanda hace un esfuerzo muy superior al que por su tamaño le corresponde. Los Países Bajos han desplegado unos 1.700 militares en la provincia sureña de Oruzgán, área talibán, donde 11 han muerto (siete, en acciones armadas).

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Holanda tiene el compromiso de mantener esa fuerza hasta el próximo año y reeditarlo, si el Parlamento lo autoriza, con un contingente rebajado a 1.200 soldados. Amsterdam pide un esfuerzo a los otros miembros de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF). El ministro habló de "un reparto justo de cargas y riesgos".

La reunión de Noordwijk no tenía por objetivo comprometer fuerzas, para lo que se ha convocado una en noviembre en Bruselas. "Cubrir lo que falta y la preparación del Ejército afgano es lo más importante", subrayó Scheffer. Al recordatorio del jefe del Pentágono, Robert Gates, de que hay que cumplir los compromisos adquiridos hace casi un año en Riga, respondieron nueve países, entre ellos Francia, que han ofrecido 1.000 soldados entre tropas de combate e instructores, explicó Scheffer.

En nombre de España, y en ausencia del ministro José Antonio Alonso, que hubo de quedarse en Madrid para asistir a la votación presupuestaria, el embajador Pablo Benavides ratificó el compromiso español y recordó que al día siguiente de la muerte de dos soldados España acordó enviar 52 instructores a la zona oeste del país, donde cuenta con 715 soldados. Además, Madrid está negociando con Kabul un sistema de hermanamiento para formar, equipar completamente y acuartelar una compañía (unos 150 soldados) parte de cuyos efectivos se quedarían en el oeste en cuanto estén operativos en 2008.

Washington reclama más intensidad a Berlín, pero Angela Merkel hace oídos sordos y se niega a desplazar al sur a algunos de los 3.500 soldados que mantiene en el relativamente seguro norte. En el Bundestag la canciller goza de una cómoda mayoría para seguir en Afganistán en los actuales términos.

A las exigencias de Washington replicó el ministro alemán, Franz Josef Jung: "Necesitamos seguridad, reconstrucción y desarrollo, que es un concepto amplio. Creo que es un error pedir una mayor implicación militar". Es la misma tesis que mantiene España, encapsulada en la consigna "No puede haber reconstrucción sin seguridad, ni puede haber seguridad sin reconstrucción", que se va abriendo paso.

La presencia aliada no tiene fecha de caducidad, pero tampoco tiene vocación de eternizarse. De ahí el llamamiento a intensificar la formación del Ejército y de la policía afganos. Hasta ahora se han preparado 35.000 soldados y oficiales, la mitad de lo previsto. Se quiere llegar a los 70.000 en 2010.

Scheffer habló ayer de tres fases de la presencia occidental en Afganistán. La primera, para expulsar a los talibanes del poder; la segunda, "la más complicada es la de reconstrucción y desarrollo, en la que hay combates" y la tercera (que aún no ha comenzado) "verá al Ejército afgano en vanguardia y a la ISAF en segundo plano".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_