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Escasez en el sector energético

El petróleo alcanza los 100 dólares

Los mercados de Asia y Australia marcan nuevos máximos

Alejandro Bolaños

100 dólares por barril es algo más que un precio. Hasta hace poco, era la piedra clave a partir de la que economistas y expertos energéticos proyectaban un futuro en el que la economía del petróleo entraba en crisis. Ese futuro, más amable que lo previsto hace unos años, ya está aquí. Y el primero en llegar ha sido Tapis: así se denomina al crudo malaisio que sirve de referencia en los mercados del sudeste asiático. En los contratos cerrados ayer, el barril de Tapis sobrepasó los 101 dólares.

Otros crudos asiáticos y australianos (se producen y comercializan más de 500 tipos distintos en el mundo) superaron la barrera mítica de los 100 dólares. Entre los otros petróleos que sirven de referencia en los principales mercados del mundo, también amagó con hacerlo durante unas horas el West Texas Intermediate (WTI), cuyo precio sirve de baremo para los contratos norteamericanos.

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Como ocurre en los días más calientes de las Bolsas, los datos de cierre en Asia auguraban una nueva jornada de precios al alza en los mercados occidentales del petróleo, que en los últimos días habían achicado a pasos agigantados la distancia con el nivel de los 100 dólares por barril.

El vaticinio pareció confirmarse en el arranque de la jornada en Europa y Estados Unidos, con nuevos máximos en todas las plazas. El barril de brent, el crudo del Mar del Norte que sirve de referencia en los contratos europeos, superó los 95 dólares en Londres. La media de los crudos de la OPEP marcaba por primera vez más de 89 dólares en Viena. Y el WTI rondaba los 98.

La publicación de datos semanales de los inventarios de crudo y gasolinas en EE UU era el siguiente escalón en pos de los 100 dólares por barril. Parte del dinamismo de las primeras horas se explicaba porque los inversores habían apostado a que se anunciaría un nuevo recorte, el tercero consecutivo, en el petróleo almacenado.

Pero a media jornada, cuando el Departamento de Energía de EE UU desveló que el petróleo almacenado en el país había caído en 800.000 toneladas, la presión sobre los precios bajó: el WTI reculó a los 96 dólares, el brent a los 93. Los inversores habían previsto un descenso mucho más acusado e interpretaron el dato como una señal de moderación en la demanda.

"En estas semanas, el mercado ha estado tanteando hasta dónde podía subir el precio", opina Antonio Merino, director del servicio de estudios de Repsol. Y comprobaba que, pese a las continuas subidas de precio, la demanda estadounidense (la más importante del mundo) seguía sin resentirse, como probaban los descensos acumulados de los inventarios. Merino, como otros expertos, creen que los incrementos de las últimas semanas deben mucho a razones financieras: la debilidad del dólar facilita la inversión en materias primas negociadas en esta moneda. Y los problemas en las Bolsas han desviado mucha liquidez al petróleo (en la inmensa mayoría de los contratos a futuro, los que compran y venden ni tienen ni recibirán petróleo).

Merino señala que el mayor precio de algunos crudos asiáticos se debe a la presión de la demanda en estos mercados. Pero en este caso, no tanto en cantidad como en calidad. "China, India y otros países asiáticos están revisando los estándares que exigen a las gasolinas y el fuel", indica el director del servicio de estudios de Repsol. Una exigencia que pone en un brete a las refinadoras de estos países, mucho menos avanzadas que las occidentales. Y alimenta las compras de los crudos ligeros (de los que es más fácil extraer gasolinas) y con menor proporción de azufre. Como el Tapis.

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