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Fallece Paco Candel, la voz de "los otros catalanes"

El escritor y ex senador, gran cronista del suburbio, falleció ayer en Barcelona a los 82 años

Se apagó la voz de "los otros catalanes". Desaparece el gran cronista literario del espacio de marginación e injusticia en el que "la ciudad cambia su nombre". Paco Candel falleció en la madrugada de ayer, a los 82 años, en la clínica L'Aliança de Barcelona, tras sufrir un agravamiento de la enfermedad pulmonar que lo mantenía apartado de la vida pública desde hace más de dos años. Como escritor deja una obra realista y crítica, protagonizada por la inmigración y el suburbio, en la que los sectores más desfavorecidos de la sociedad encuentran una voz que cuenta con dignidad sus historias cotidianas. Son más de 40 novelas, ensayos y libros de relatos, sin contar su ingente tarea como articulista, tertuliano y conferenciante.

La biografía de Candel, escrita por Genís Sinca, se editará en febrero
Ejerció variopintos oficios cuyas experiencias reflejó en su obra literaria
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Con sencillez y humildad
Claveles y lirios para una despedida

Decía que no era "un catalán de nacimiento, sino de sentimiento". El entierro del escritor y ex senador se celebrará hoy, a las doce del mediodía horas, en la iglesia de Nuestra Señora del Port, en el barrio de la Zona Franca de Barcelona.

Francisco Candel Tortajada, Paco Candel para todos, nació en 1925 en Casas Altas, en el Racó d'Ademús, un municipio Valenciano situado entre Cuenca y Teruel. A los dos años su familia se trasladó a Barcelona en busca de trabajo. Vivió su primera niñez en la zona suburbial de Montjuïc y después se trasladó a Can Tunis. En su juventud coqueteó con la pintura. "Pintaba y dibujaba como un loco, pero no conseguía darme a conocer", cuenta en sus escritos biográficos. Largos periodos de reposo a causa de una tuberculosis le hicieron leer ávidamente. Candel confesó que en su decisión de lanzarse a escribir influyeron principalmente dos autores: Maxim Van der Mersch, con la novela Cuerpos y almas y el Abbé Pierre, fallecido recientemente, con quien conectó por su defensa de los desheredados de la tierra. Antes de entrar profesionalmente en el mundo de las letras ejerció los más variopintos oficios: ceramista, mecánico, diseñador de bisutería, contable. De todos estos empleos sacó experiencias que tendrían su reflejo en una obra literaria de alto contenido biográfico y muy apegada a la realidad cotidiana.

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Candel empezó a escribir a los 26 años. Su primera novela fue Brisa del cerro, que envió al premio Nadal de 1952. Allí vertió sus experiencias de tuberculoso. Entonces soñaba con ser un gran novelista. La obra no tuvo ningún voto del jurado. Después, desde la rabia que le produjo ese ninguneo, escribió Hay una juventud que aguarda, en la que contaba la experiencia de presentarse al Nadal y criticaba los premios y la vida literaria. Con esta obra, y adoptando el papel de enfant terrible, se presentó de nuevo al premio, que tampoco ganó. Ahí empieza su fama de escritor rebelde y crítico con los cenáculos literarios.

Su primer gran éxito fue Donde la ciudad cambia su nombre (1957), obra en la que por primera vez los inmigrantes andaluces adquieren un protagonismo colectivo. Candel cuenta las historias de quienes por entonces recibían el calificativo despectivo de "charnegos". Este libro, que con los años llegaría a las 23 ediciones, le permitió profesionalizarse como escritor.Uno de los estudiosos de Candel, Joan J. Gilabert, asegura que la "humanización de las masas del pueblo catalán es quizá la aportación más trascendente de su obra".

Els altres catalans (1964), en lengua catalana, es otra de sus obras de referencia. Se trata de un ensayo de encargo, todavía vigente, en el que defendía con enorme oportunidad la necesidad de dar cohesión a una única comunidad entre los indígenas y los inmigrantes. La afortunada expresión "los otros catalanes" tiene su origen en un exitoso artículo aparecido en la revista La Jirafa en 1956, firmado por Candel, aunque según recuerda uno de sus editores en catalán del escritor, Manuel Costa-Pau, fue sugerida por el ensayista, crítico de poesía y director teatral Àngel Carmona, que compartía con Candel el empeño de llevar la cultura a los barrios más deprimidos durante el franquismo. También escribió poesía, una de sus facetas poco conocidas, aunque nunca osó publicarla. Quienes han leído sus poemas aseguran que sus versos atesoran la bella sencillez de su prosa.

Candel se implicó en política. Afiliado al PSUC, fue nombrado senador en 1977 bajo la candidatura de Entesa dels Catalans y en 1979 fue concejal de Cultura en el Ayuntamiento de L'Hospitalet de Llobregat. En 2003 recibió la Medalla de Oro de la Generalitat. Colaboró asiduamente con el diario Avui y en La Marina, publicación gratuita de su barrio. Publicó su último artículo hace unos meses, en la revista cultural Lletres a Plom.

En 2001, tras realizar una entrevista a Paco Candel, el periodista Genís Sinca le manifestó su deseo de hacer una biografía sobre él. Candel accedió, pero con una condición básica. "Me dijo: 'puedes hacer mi biografía, pero no hables de mí. Habla de todos aquellos que me han elegido como su representante", informa Belén Ginart. Este planteamiento ha complicado el trabajo de Sinca. A medida que avanzaba, el biógrafo veía cómo surgían múltiples ramificaciones. "Al final es una biografía de todos los personajes secundarios a los que representó, de sus vecinos y toda la gente a la que dio voz, y las personalidades que fueron importantes en su vida", explica Sinca.

Editada por La Magrana-Dèria, la biografía de Paco Candel, titulada La providència és diu Paco, se publicará, previsiblemente, a finales del próximo febrero.

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