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Valencia, la única que desprotege su Tabacalera

Otras ciudades recuperan las fábricas sin menoscabo del edificio original

Varias ciudades españolas han recuperado para el patrimonio municipal lo que antaño fueron las fábricas de tabaco. En Madrid, San Sebastián o Sevilla, estos vetustos edificios albergan, o lo harán en un futuro, museos, bibliotecas o sedes universitarias. En otros lugares, como Málaga, el uso será privado y aunque se edificarán viviendas en los alrededores, la operación no afectará al edificio central protegido, como está previsto que suceda con la antigua fábrica de tabacos de Valencia, un conjunto histórico modernista de 1909.

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Los planes del Ayuntamiento de Valencia, gobernado por el PP, para este complejo han puesto en pie de guerra a la oposición municipal y a colectivos ciudadanos como Salvem Tabacalera. El gobierno local aprobó el pasado octubre la descatalogación y derribo de las naves laterales y traseras de la antigua Tabacalera, donde además de zonas verdes públicas, el grupo inmobiliario Ballester edificará unas 300 viviendas. La operación se pactó en 2006, cuando la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, recibió la antigua fábrica de manos de Ballester, propietario del complejo, para alojar servicios municipales. A cambio el Consistorio entregó al grupo promotor un inmueble público en la plaza de América. En su defensa, el gobierno de Barberá alegó que las naves condenadas al derribo eran elementos impropios del complejo original, en contra de numerosos informes y opiniones de expertos.

Los socialistas, único grupo en la oposición, ha hecho un repaso al destino de hasta once antiguas fábricas de tabacos situadas en diferentes ciudades españolas y en ninguno de los casos se ha descatalogado parte del edificio para levantar viviendas.

En Madrid, el Ministerio de Cultura, ha ubicado uno de sus museos. En Tarragona se prevé que la antigua fábrica aloje el Museo Nacional de Arqueologia. En Sevilla, el complejo es sede de la Universidad, y en San Sebastián, el emblemático edificio donostiarra destinará sus 5.000 metros cuadrados a la futura Biblioteca de Euskadi.

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En Málaga, el Ayuntamiento pactó en 2003 con Altadis -propietario de las tabacaleras- la promoción de 300 viviendas y un hotel en terrenos dependientes de la antigua explotación. A cambio, los edificios de la fábrica cerrada en el año 2002, que están protegidos, pasarían a ser de propiedad municipal y acogerán servicios del ayuntamiento, como en Valencia. En octubre se acordó, sin embargo, que este espacio no albergaría servicios públicos sino varias colecciones privadas de joyas. En la capital malagueña, también en manos del PP, no se ha descatalogado, sin embargo, el edificio protegido para conseguir edificabilidad como sucede en Valencia. "Son terrenos anexos que no están protegidos", explica el PSPV-PSOE. Su portavoz, Carmen Alborch, trasladó hace unas semanas al Ministerio de Cultura su preocupación por la integridad del edificio. Alborch pidió que los derribos, recurridos judicialmente, no se lleven a efecto hasta que el tribunal resuelva.

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