_
_
_
_
_

"Un reloj con diamantes es un huevo frito"

Convendría poner en funcionamiento a la hora de encarar la última colección de Antonio W. Rodríguez a Magritte y a su cuadro Esto no es una pipa, por aquello de que su último trabajo podría perfectamente titularse Esto no es una joya. Sin complejos sobre el mestizaje de las piedras, el diseñador valenciano rinde tributo al cristal de roca, que considera el más versátil de todos los cristales, y lo fusiona con diamantes negros, turquesas y rubíes. A medio camino entre el arte y la joyería, Antonio W Rodríguez juega con las piedras preciosas, la orfebrería y la materia para desgranar su filosofía de ostentosa elegancia.

"Las joyas deben seguir las tendencias de la moda pero al mismo tiempo deben de envejecer con dignidad", dice Rodríguez, todo un referente del Concurso Perlas de Tahití, que ha sido asesor para las Colecciones de El Prado, el Reina Sofía, el Metropolitan o la National Gallery de Londres. Una trayectoria más internacional que local, y es que, como apunta el diseñador "trabajar con los centros de cultura en Valencia es bastante difícil a no ser que seas Calatrava". "La joyería tiene que llegar a más gente", confiesa, aunque rechaza de pleno el reloj como joya: "Un reloj con diamantes no es más que un huevo frito, totalmente demodé". Pues eso.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_