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La lucha contra el terrorismo

Los etarras se entrenaban en Francia para atentar en España

La policía sigue al tercer miembro del 'comando' - Los guardias asesinados investigaban matrículas falsificadas

El comando que perpetró el pasado sábado el ataque que mató a los guardias civiles Raúl Centeno y Fernando Trapero se estaba entrenando en Francia para atentar de inmediato en España. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, confirmó ayer que Saioa Sánchez y Asier Bengoa, junto con una tercera persona que el ministro se negó a identificar y en cuya detención se concentran ahora todos los esfuerzos, formaban parte del comando que asesinó a los agentes. La policía intervino a Sánchez una pistola semiautomática del calibre 9 milímetros Parabellum y un revólver 357 Magnum a Bengoa, pero ninguna de las dos armas fue la que mató a los agentes, que se encargaban de buscar matrículas falsas en el sur de Francia.

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El Ministerio del Interior francés se basó en "un conjunto de indicios concordantes": descripciones físicas, pruebas balísticas y de ADN para concluir que los detenidos participaron en el ataque. Entre los enseres que la policía encontró en el tercer coche utilizado en su huida, un Renault Clio con placas falsas, hay una bolsa de plástico con 142 casquillos de bala pertenecientes a munición usada por los terroristas en unas prácticas de tiro cerca del lugar del atentado. Esos casquillos, recogidos por los terroristas tras su entrenamiento para no dejar rastro, correspondían a las armas requisadas a Sánchez y Bengoa, así como a una tercera que todavía no ha sido hallada, la que asesinó a los agentes. Los detenidos, según Rubalcaba, se preparaban para una campaña de atentados en España y estaban a punto de cruzar la frontera.

La investigación ha demostrado que Sánchez y Bengoa tenían un piso franco en la ciudad de Toulouse, hacia el que, probablemente, trataron de dirigirse en su huida de cuatro días y casi 1.000 kilómetros desde Capbreton hasta Châteauneuf-de-Randon. Agentes franceses registraron esa vivienda ayer por la mañana sin ningún resultado, informa Europa Press. Alguien la había limpiado antes o después del atentado para no dejar pistas.

Las dudas iniciales de que la detenida fuera Saioa Sánchez, una de las terroristas más buscadas, se despejaron al enviar a Madrid sus huellas dactilares. Sánchez estaba fichada. Rubalcaba confirmó que se trata de una etarra "de máxima relevancia" en la organización, vinculada al maltrecho comando Vizcaya descabezado dos semanas después del atentado contra la T-4 de Barajas. Junto a su compañero sentimental, Artiz Arginzoniz, pretendió volar en julio un edificio público en Santander cuando la policía frustró sus planes deteniendo a este último.

El tercer miembro del comando huyó en el Peugeot 307 robado a una mujer en Haut Mauco la misma mañana del atentado. El despliegue francés, con más de 1.500 agentes, no había encontrado ese vehículo a última hora de ayer, lo que, según las fuentes consultadas, demostraría la experiencia del etarra huido al que algunos sitúan en la cúpula del aparato militar de la banda. Rubalcaba no quiso aclarar si se trata de su máximo responsable, Txeroki.

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A DISPOSICIÓN DEL JUEZ

Los dos etarras detenidos en Châteauneuf-de-Randon fueron trasladados ayer desde Montpellier, en el sureste de Francia, a París. A partir del próximo domingo, un juez decidirá qué cargos les imputa. En la imagen, agentes de las fuerzas especiales de la policía francesa pertenecientes al Grupo de Intervención de la Policía Nacional (GIPN) conducen a los terroristas hacia la capital pertrechados con armas largas, pasamontañas y chalecos antibalas.

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