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La lucha contra el terrorismo

Detenido un etarra que fue absuelto tres veces por falta de pruebas

La Guardia Civil detuvo el jueves pasado en un control en Berriz (Vizcaya), muy cerca de Durango, la localidad donde nació, a Gorka Joseba Lupiañez Mintegi, de 27 años. Iba armado y con documentación falsa, datos que confirmarían su condición de miembro liberado (a sueldo) de ETA. El servicio de Información de la Guardia Civil trata de determinar si actualmente formaba parte del comando Vizcaya, el grupo más activo de la banda terrorista desde la ruptura de la tregua, a pesar de que este año han sido detenidos varios de sus miembros.

Lupiañez se encontraba en libertad provisional y en enero iba a ser juzgado en la Audiencia Nacional por varios actos de kale borroka en Vizcaya. Se enfrentaba a una petición de tres años de cárcel por delitos terroristas y de desórdenes públicos.

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Será el cuatro juicio contra Lupiañez ya que en 2004 y 2005 fue juzgado en la Audiencia Nacional en tres ocasiones por distintas causas, todas ellas relacionadas con el terrorismo, pero resultó absuelto.

En la primera causa se enfrentaba a 13 años de cárcel por delitos de colaboración con banda armada y depósito de explosivos, pero le absolvieron al no poder demostrarse su vinculación con una serie de objetos.

Salió libre por segunda vez al retirar la fiscalía su acusación de daños terroristas por lanzar 45 cócteles mólotov contra el cuartel de la Guardia Civil de Galdakao.

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La tercera vez fue en 2005. Se le acusaba de daños terroristas y tenencia de explosivos después de un ataque de kale borroka en Durango. La absolución se debió a que la Audiencia consideró ilícita la prueba de ADN practicada a un escupitajo del acusado que un ertzaina recogió del suelo sin autorización judicial. El perfil genético de esa saliva coincidía con el de un cabello hallado en un pañuelo arrojado en una papelera próxima al lugar de los hechos. Una sentencia posterior dio validez a este tipo de pruebas acordando que la policía judicial puede recoger muestras genéticas abandonadas por los sospechosos.

[La Audiencia Nacional condenó ayer a 411 años de prisión al que fuera jefe del aparato militar de ETA hasta su detención, José Javier Arizkuren, Kantauri, por su participación en dos atentados].

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