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Ámbitos de cobertura

Rosario G. Gómez

Ver Telemadrid en localidades de Castilla y León o sintonizar la vasca ETB en Navarra no es una práctica inusual. Tampoco ilegal. Las televisiones autonómicas tenía en su origen perfectamente delimitado el ámbito de cobertura, que no iba más allá de los límites de su territorio. Pero el PP decidió hace siete años romper fronteras. El Gobierno utilizó en 1999 la Ley de Presupuestos Generales del Estado (como hizo el PP con todas las grandes reformas en materia audiovisual) para permitir que la señal de las televisiones autonómicas pudiera rebasar su ámbito de cobertura y ocupar el espacio radioléctrico de las regiones colindantes.

Esta invasión analógica sería posible siempre y cuando las comunidades afectadas establecieran convenios de colaboración y el pacto no provocara piruetas en el espacio, como, por ejemplo, acceder a la programación de Canal Sur en Aragón.

La misma norma se aplica en caso de fronteras marítimas. La televisión pública catalana (TV-3) y la valenciana (Canal 9) se ven, históricamente y sin problemas, en Baleares. La joven emisora insular (IB3) se capta en Cataluña, aunque no en la Comunidad Valenciana.

Ahora que una docena de comunidades autónomas tienen su tercer canal de titularidad pública y uno o varios privados, algunas cadenas se afanan en preservar su ámbito de cobertura. En el fondo se trata de evitar la fuga de espectadores y amparar al anunciante.

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