Sin condenas
Apenas tres meses después de las elecciones municipales -celebradas el pasado 27 de mayo- ya se vio que Acción Nacionalista Vasca no pasaría la prueba de la condena. A finales de agosto, el Ayuntamiento guipuzcoano de Orio condenó el secuestro por parte de ETA de tres vecinos del pueblo, un matrimonio y su hijo de cuatro años, a los que la banda terrorista robó su furgoneta en la región francesa de Las Landas para hacerla estallar después en Castellón. El único partido que no secundó la condena fue ANV.
Algo parecido sucedió en Amurrio (Álava), cuando, también a finales de agosto, el Ayuntamiento sometió a votación una moción de condena contra la casa cuartel de la Guardia Civil de Durango (Vizcaya). La opción elegida por ANV fue ausentarse del pleno.
Ya por entonces, la candidata de ANV a las Juntas Generales de Vizcaya, Arantza Urkaregi, declaró: "La condena no es el camino". Dijo que su formación no deseaba que hubiese atentados, pero tampoco "detenciones ni represión". "También", añadió, "nosotros podríamos llamar a que se condenen las detenciones, la represión o la tortura". Y de ahí, como se vio el pasado jueves en Mondragón, siguen sin salir.