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Secuestrada una médica española por una banda armada en Somalia

Exteriores envía al embajador en Kenia para intentar liberar a dos cooperantes

Mercedes García Valcarce, leonesa de 51 años y cooperante de Médicos sin Fronteras (MSF) desde 2002, tiene arrojo de sobra para enfrentarse al hambre y a la enfermedad. Otra cosa es medirse con una banda de individuos armados que la retiene desde primera hora de la mañana de ayer junto a una enfermera argentina de 26 años, Pilar Bauza, en la población de Giriso (noreste de Somalia), cercada por la policía, escuchando cómo secuestradores y agentes intercambian disparos.

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Al filo de las siete de la tarde, hora española (dos horas más tarde en Somalia), las negociaciones para liberar a las rehenes se aplazaron hasta hoy por falta de luz, según la policía local. Los captores -dos de los seis se entregaron al verse rodeados- prometieron soltar a las cooperantes con la condición de que la policía no los mate ni la justicia los persiga. Ni la ONG ni las autoridades locales pudieron contactar con las secuestradas, aunque el ministro de Información de Puntland (una región independiente de facto al noreste del país), Abdulrahman Mohamed Bankah, lanzó un mensaje tranquilizador. "Todo lo que sé es que las dos secuestradas están vivas", declaró.

Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación explicó ayer por la tarde que el embajador español en Kenia, Nicolás Martín Cinto, había recibido instrucciones de trasladarse "lo antes posible" a la zona para colaborar en la liberación, aunque no supo precisar cuándo podría hacerlo. Según el mismo portavoz, el embajador mantuvo contactos durante la jornada con las autoridades locales y con diplomáticos europeos en Mogadiscio, donde España carece de Embajada.

La médico española llegó a Somalia en noviembre. Pasó tres semanas y media en la capital antes de viajar 900 kilómetros hasta llegar a la capital de Puntland, para colaborar en un programa de nutrición infantil.

Como cada mañana, entre las seis y las siete, Mercedes y Pilar -que llevaba ya meses en la zona- salieron de la base de la ONG, en la localidad de Bossaso, y subieron a un todoterreno para trasladarse al centro donde atendían a un millar de niños de un campo de refugiados próximo. Casi habían llegado cuando seis hombres armados detuvieron el vehículo, obligaron a bajar al conductor y a los sanitarios somalíes que iban a bordo. Tras golpear al chófer, se llevaron el coche con las extranjeras.

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La policía localizó a la banda en Giriso, a cinco kilómetros de Bossaso, y rodeó su guarida. Entonces se produjo un tiroteo, que al parecer no provocó ninguna muerte. Dos de los captores se rindieron al verse rodeados. Según fuentes policiales, los restantes aceptaron entregar a los rehenes a cambio de que se les dejara huir. El tira y afloja se suspendió porque era imposible seguir hablando a oscuras.

La presidenta de la sección española de MSF, Paula Farias, aseguró anoche que los tres cooperantes internacionales de la ONG que siguen allí (ninguno de ellos español) no le habían dado esa información. "Será más difícil negociar de noche, pero de ahí a que se suspenda...", afirmó. MSF optó por evacuar a Nairobi a los otros ocho cooperantes que trabajaban en Bossaso.

El representante especial de la ONU para Somalia, Ahmedou Ould-Abdallah, exigió ayer la liberación de los rehenes.

Este secuestro se ha producido 48 horas después de la liberación del periodista francés Gwen Le Gouil, que estuvo ocho días retenido en Bossaso.

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