La lista por Madrid acapara las únicas tensiones en el PSOE

Contra casi todo pronóstico en la vida interna de un partido, la elaboración de las candidaturas a las Cortes (Congreso y Senado) se desarrolla en todas las federaciones del PSOE con muy poco quebranto interno y con apenas gresca. Ha saltado a la palestra un conflicto profundo por la lista de Formentera (islas Baleares), pero en los demás lugares los enfados no han llegado a mayores.

No obstante, hay que aguardar todavía 72 horas hasta que todos los comités regionales terminen su trabajo y empiece el examen. Esto es, el escrutinio al que el comité federal de listas somete todas las candidaturas. Primero, para ver sí se cumple la paridad entre hombres y mujeres; después, se observa el grado de apoyo con el que vienen esas listas y si no hay denuncias.

Como casi siempre, Madrid acapara en la última hora las máximas tensiones. No hay sitio para tantos y tantas aspirantes a ir en la lista que encabezará José Luis Rodríguez Zapatero, seguido del vicepresidente económico, Pedro Solbes. Hasta muy entrada la noche de ayer - y continuarán esta mañana-, el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, mantenía conversaciones con el secretario general del Partido Socialista de Madrid (PSM), Tomás Gómez.

El problema está en que a partir del número 15, la línea se colorea en rojo. Hace cuatro años la candidatura madrileña obtuvo 16 escaños, frente a 17 el PP. De los 16 primeros candidatos, saltaron dos: Joaquín Almunia, para convertirse en comisario europeo, y Jaime Lissavetzky, en secretario de Estado. Fueron sustituidos por Antonio Hernando y Luis Fernández.

Los pronósticos del PP apuntan a que sus adversarios, el 9-M podrían quedarse en 14. Aunque el PSOE rechaza tal batacazo, sí admite que su aspiración es quedarse como están, y en voz muy baja también reconoce que pueden quedarse en 15. O sea, uno menos que ahora.

En hacer "encaje de bolillos" están empleando mucho tiempo Blanco y Gómez. Tras Zapatero y Solbes irán las ministras de Educación y Medio Ambiente, Mercedes Cabrera y Cristina Narbona, respectivamente. Después, el portavoz parlamentario, Diego López Garrido. A partir del número cinco ya no hay nada seguro. El baile se mantuvo ayer durante muchas horas.

Tras muchos cambios, sí parece que el siguiente quinteto, aunque sin orden todavía fijo, podrían ser el siguiente: Rafael Simancas, Jaime Lissavetzky (los dos últimos secretarios generales del PSM), Trinidad Jiménez, Elena Valenciano y Antonio Hernando o Antonio Gutiérrez. Ya se entraría en el siguiente bloque, donde hay dos y tres candidatos por plaza. Tiene segura su entrada la presidenta del PSM, Delia Blanco, y el resto de los nombres fluctúa por horas.

La petición del líder de UGT, Cándido Méndez, para que Manuel de la Rocha, miembro del Consejo Económico y Social (CES) entre en la candidatura se mantenía anoche bien vista por la dirección del PSOE, que, no obstante, tenía que convencer a la dirección de Madrid. Félix García Lausín, Daniel Méndez, Elviro Aranda, Juan Antonio Barrio de Penagos y Enrique Cascallana son otros de los nombres con opción a figurar en puestos más o menos seguros, al haber sido propuestos por las agrupaciones madrileñas, que decidieron sus peticiones antes de Nochebuena. Entre las ausencias se dan por seguras la de los veteranos Joaquín Leguina, Joaquín Almunia y José Acosta.

Cuando Tomás Gómez, hoy a las cuatro y media de la tarde, someta a su ejecutiva la lista, y una hora después se abra la discusión en el comité regional, habrá habido que conjugar intereses del Gobierno, de la dirección federal y de la dirección madrileña. Por eso, en los últimos días ha habido movimientos que delatan nervios de última hora.

Un sector del PSM muy afín a Simancas, que ha sido secretario general hasta el pasado julio, ha querido convertir la confección de la lista por Madrid en una suerte de primarias previas al congreso ordinario que celebrará el PSM este verano. Quiere demostrar su fuerza frente a Tomás Gómez y pretende cuantificarla en los candidatos que puedan colocar ahora.

La última palabra la tiene el comité federal de listas, el próximo 12 de enero.