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El proceso de Bolonia como excusa

El conocido como Proceso de Bolonia para crear el Espacio Europeo de Educación Superior está generando un movimiento estudiantil de protesta en toda Europa que muchos dirigentes universitarios alertan que no debe menospreciarse. La huelga convocada en marzo de 2007 por Ikasle Abertzaleak (IA) fue secundada por casi el 90% del alumnado, que se dice desinformado sobre el proceso. Además de las posiciones ideológicas, a los estudiantes les preocupa que Bolonia suponga una carga de trabajo excesiva y una subida en el precio de las matrículas.

IA se ha servido de ese descontento, monopolizando las movilizaciones desde que Eraldatu, sindicato no nacionalista también contrario a Bolonia, decidiese centrarse en la información y concienciación. En esa situación, la comunidad universitaria advierte de que Bolonia es la excusa con la que la organización abertzale quiere mantener su control sobre los estudiantes.

La actitud de IA ha exasperado incluso a buena parte del alumnado. Miembros de Eraldatu, aunque ven en los altercados "expresiones de impotencia" por la desconsideración del Rectorado a la oposición estudiantil, critican las formas violentas de simpatizantes de IA y su actitud "sectaria". Estudiantes con representación en el claustro enviaron una carta al rector expresando su indignación por haber decidido suspender la reunión.

Cauces para la protesta

Igor Ortego, ex presidente independiente del Consejo de Estudiantes, recuerda que los alumnos disponen de cauces para protestar: "Podemos recoger firmas y convocar un claustro, presentar propuestas en las juntas que tendrán que ser debatidas, y hay equipos decanales dispuestos a atenderlas". Un decano recalca que ha negociado con éxito cuestiones prácticas relativas al modelo europeo. "Algunos también somos críticos con Bolonia, y quienes protestan a lo bestia se limitan si tienen cauces de discusión", defiende.

Ikasle Abertzaleak reventó el último claustro no sólo para protestar contra Bolonia, sino para paralizar la aprobación de un decreto disciplinario que "criminaliza a los manifestantes". Ortego apunta que dicho reglamento también perjudica al resto de alumnado: "Algo abstracto como 'ser desconsiderado' conlleva una falta leve, así como copiar. Pueden suponer que te abran un expediente. Y castiga a quienes se opongan a medidas institucionales de forma pasiva, lo que no puede estar perseguido como cometer destrozos".

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Fuentes del Rectorado insisten en que es una reforma de la actual normativa que afecta a toda la comunidad universitaria.

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