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La Toma vuelve a dividir a Granada

300 radicales de extrema derecha arremeten contra la inmigración y el Gobierno

Dos formas enfrentadas de entender una ciudad se hicieron más que evidentes ayer en Granada con motivo del aniversario de la toma de la ciudad a cargo de los Reyes Católicos, el 2 de enero de 1492. La mañana comenzó con una misa celebrada en la Capilla Real en la que se recordó a los monarcas Isabel y Fernando en el lugar en el que se encuentran sepultados sus cuerpos. Tras la celebración religiosa, la comitiva, con representación del Ejército, se dirigió a la plaza del Carmen, donde esperaban en torno a 3.000 granadinos que desafiaron a la lluvia.

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Entre los presentes, un año más, se encontraban unos 300 radicales de extrema derecha que portaban banderas preconstitucionales. Una mujer, ataviada con un uniforme de Falange, repartía pasquines en contra de la inmigración y de la libertad de prensa, mientras un numeroso grupo de jóvenes, algunos de ellos con la cabeza rapada, gritaban consignas contra el Gobierno. Pese a tratarse de una minoría, en ningún momento se sintieron como tal, ya que parecían totalmente integrados en los festejos y no fueron increpados por ninguno de los presentes. Además, en esta edición eran especialmente visibles, ya que portaban una enorme pancarta en la que podía leerse "Granada, nunca musulmana".

Cuando la comitiva oficial se asomó al balcón del Ayuntamiento, la lluvia dio una tregua que fue suficiente para que diera comienzo la tremolación del estandarte real. "Granada", gritaba la concejal Marifran Carazo, a lo que los presentes respondían con un entusiasta "qué" como si se tratase de una disciplina castrense. Tras repetirse esta ceremonia en tres ocasiones, la fiesta concluyó con el tradicional "por los ínclitos Reyes Católicos, don Fernando V de Aragón y doña Isabel I de Castilla. ¡Viva España!, ¡viva el Rey!, ¡viva Andalucía! y ¡viva Granada!", a lo que siguió la interpretación del himno de España, que provocó el saludo a la romana de alguno de los presentes, de nuevo sin que nadie se inmutara.

Pese a la tradicional presencia de radicales, como es habitual la fiesta terminó sin incidentes y en un ambiente familiar. Desde que hace 26 años el protocolo tradicional de la fiesta fuera recuperado por el edil socialista José Miguel Castillo Higueras, parte de los granadinos acuden a la ceremonia con sus familias y la celebración de la Toma es una tradición con un amplio respaldo popular que hace casi imposible su desaparición.

Casi de manera paralela, a escasos metros del lugar en el que se celebraba la Toma, la plataforma Granada Abierta por la Tolerancia celebró un acto en el que participó el poeta Luis García Montero, que lamentó la celebración institucional de la caída del Reino de Granada. "Elegir el pasado es elegir el futuro", dijo en alusión a lo que ocurría a pocos metros de la sede de la Asociación de la Prensa. Después, García Montero recordó los días de su infancia en los que acudía a la celebración acompañado de su familia. "Porque he sido un niño que ha participado de esa ceremonia, ahora estoy convencido de que es necesario un cambio en la celebración, porque la manera de enseñar el pasado influye en el futuro", recordó. "La festividad se ha convertido en un acto de reunión de nostálgicos de nuestro pasado más oscuro", agregó el poeta.

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Isabel, Fernando y Boabdil

El periodista y coordinador de Granada Abierta por la Tolerancia, Francisco Vigueras, recordó ayer que la Toma de Granada no se produjo nunca como tal. "Lo que ocurrió es que se firmaron unas capitulaciones para la entrega de la ciudad, que nunca fue tomada militarmente", aseguró. El 25 de noviembre de 1491 los Reyes Católicos firmaron con Boabdil un tratado por el que este último renunciaba a la soberanía de la ciudad. Como contraprestación, Isabel y Fernando se comprometieron a garantizar la libertad religiosa dentro de los límites de lo que había sido el reino de Granada.

"Este acuerdo fue incumplido, y hoy la conmemoración de la Toma concentra en la plaza del Carmen a grupos y colectivos fascistas y neonazis, que aplauden la persecución y deportación de los andalusíes, fueran musulmanes o judíos", declaró ayer la plataforma, integrada por colectivos como el Manifiesto 2 de mayo, SOS Racismo, Granada Acoge, Izquierda Unida-Los Verdes, Mujeres de Negro, el Consejo de las Mezquitas, Comunidades Cristianas Populares o el Centro de Estudios Históricos de Andalucía, entre otros.

Por su parte, el grupo municipal de Izquierda Unida anunció que un año más ha presentado una moción para sustituir la celebración del 2 de enero por la del 26 de mayo, en honor a la heroína granadina Mariana Pineda.

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