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Tragedia en la estación de esquí

Un relaciones públicas amante de la montaña

Miguel Ángel Rodríguez, Chusky, uno de los tres hombres sepultados por el alud, trabajaba desde hace dos años en el departamento de relaciones públicas de la estación de Formigal. Había llegado allí desde Zaragoza, empujado por su pasión por la montaña.

Ayer, desde Aramón, la empresa que gestiona la estación, se insistía en que no había salido con el grupo de esquiadores, sino que iba solo, realizando reportajes de fotografía.

Chusky iba provisto de un equipo para ser detectado bajo la nieve: llevaba una sonda que permite localizar cuerpos enterrados.

Por eso los equipos de rescate supieron desde el principio que estaba allí. Pero, paradójicamente, fue el más difícil de rescatar.

Mario Ortiz, director de comunicación de Aramón, explicó: "Era el alma de campañas como Un gorro, una ilusión, que llevó a los niños hospitalizados en oncología la sonrisa de una promesa de nieve cuando salieran del hospital. Niños que tras sufrir podrían esquiar gratis y reír", dijo.

Ayer sus compañeros recordaban su pasión por el entorno, su amor por la fotografía y por la montaña, sus ganas de acercarla a todo el mundo. Ayer, muchos de ellos acudieron al tanatorio para consolar a su familia. Todos ellos han decidido prepararle un homenaje.

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