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"Dura realidad"

P.M.D., uno de los empleados despedidos, contó la "dura realidad" que han atravesado los senegaleses desde su llegada a Pulpí con un documento de condiciones laborales que "se ha incumplido en gran parte de sus puntos".

La primera irregularidad llegó, según dijo, con el primer sueldo percibido, del que la empresa descontó la cuantía íntegra de su billete desde Senegal.

Las quejas de los nueve trabajadores se extendieron a las condiciones "nefastas" de las viviendas facilitadas por la empresa. Unos 30 empleados residía previo pago mensual de 120 euros en un cortijo de la empresa que carecía de servicios básicos.

Juan López, de Coexphal, aseguró que las denuncias son "infundadas e inciertas".

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