El homenaje a los extranjeros de Plensa
La cabeza de Irma, inmigrante dominicana en España, convertida en una figura hueca y traslúcida de 2,35 metros de alto. Pegadas en sus pómulos, las tres palabras —hambre, enfermedad, insomnio— con que Oscar Wilde resumió los males de la cárcel de Reading. Una luz que, desde el interior, ilumina la cabeza. Y todo ello, en medio de una tupida cama de 600 kilos de zapatos usados. Eso es Entre sueños, la obra que ha realizado Jaume Plensa (Barcelona, 1955) para el stand de EL PAÍS. El cuerpo como lugar, el lugar como cárcel, el zapato como metáfora del viaje. Todas esas ideas sobrevuelan una instalación que es "un homenaje a los extranjeros". Cuenta el escultor que ayer unos visitantes uruguayos quisieron cambiar sus zapatos por unos pares más nuevos que había en la instalación. "La azafata se lo permitió", afirma, "y me pareció fantástico".