Rajoy se pone la chaqueta de pana

Al nuevo Mariano Rajoy sólo le falta la chaqueta de pana cuando afirma: "Mi programa es el de los currantes". El PP apela al bolsillo, cada vez más. "Yo le pido el voto a la clase media española, al asalariado". Con este discurso, Rajoy es un candidato que puede pedir el voto sin complejos a aquellos votantes del PSOE "que no entienden nada de lo que ha pasado estos cuatro años".

El mensaje es sencillo y, para el público que ayer abarrotaba un frontón de Logroño, efectivo. Cuando gobernaba el PP, a los españoles les iba mejor, "se creaban 2.500 empleos al día", arguye Rajoy. Ahora les va peor, contrapuso, porque los socialistas pierden el tiempo negociando con ETA en vez de ocuparse de las cosas importantes. La conclusión que extrae Rajoy es que el PP merece el voto porque sabe de economía y además no negocia con terroristas. Y si gobierna, todo volverá a ir bien.

Poco importa que el ex ejecutivo Manuel Pizarro, su fichaje estrella de perfil económico, vaya al mercado como quien visita un zoo. El PP es el partido de los currantes, "de los que se levantan a las siete de la mañana". Rajoy insiste en esta idea en los mítines hasta repetirse. Pero al final logra transmitir la tan ansiada "seriedad y fiabilidad".

En La Rioja tienen derecho a voto 238.000 personas, que eligen cuatro diputados. En 2004 fueron dos para el PSOE y dos para el PP. La diferencia entre ambos, a favor del PP, fue de 11.000 votos, un 8%. En las elecciones autonómicas, el popular Pedro Sanz renovó el año pasado su mayoría absoluta.

Rajoy es un candidato que está "en la tierra, no en la luna". El PP promete ocuparse de "la economía de las familias". También promete bajar los impuestos a las empresas, "que son las que generan riqueza y empleo". Rajoy le saca punta con bastante gracia a la Alianza de Civilizaciones, que llama "alianza planetaria", y la pone como ejemplo de las ideas vaporosas y metafísicas que, en su opinión, ocupan todos los esfuerzos de Zapatero mientras la economía se marchitaba. Rajoy se mofó del bajo nivel de asistentes a la cumbre de la Alianza de Civilizaciones en Madrid. Allí estaban los presidentes de Turquía y Finlandia.

Tocaba ayer recordar las propuestas del PP en materia de Justicia, y el equipo de Rajoy tenía preparado un documento con diez ideas clave. Pero en medio del discurso económico venía poco a cuento, y Rajoy pasó deprisa por la lista. Dijo que reformaría el Tribunal Constitucional para que resuelva los recursos en un año. El del PP contra el Estatuto catalán lleva más de año y medio en el TC.

El pasado viernes, Rajoy afirmaba en un acto público que "un político no debe excitar las bajas pasiones" y que "la política no puede estar al servicio de la manipulación demagógica ni el dramatismo interesado". Ayer arrancó una ovación prometiendo a los riojanos una Justicia en la que "los delincuentes no entren por una puerta y salgan por la otra".

"No quiero vencer, quiero... (¡'ganar'!, gritó una señora) convencer. No quiero hacer la campaña del miedo, sino la de la esperanza", dijo Rajoy después de haber asegurado que "Zapatero es una amenaza real para las economías de las familias".

Metido en promesas electorales, el líder del PP soltó: "Yo garantizo la derrota de ETA". Quizá se refería a que ese será su objetivo, pero sonó a compromiso de acabar policialmente con la banda en los próximos cuatro años.

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