_
_
_
_
_

"Aunque nos maten siete hijos, seguiremos peleando"

Los palestinos de Yabalia celebran cada cohete lanzado

"Mataron a mi hijo en su granja. Mi nieto corrió a pedir ayuda a la estación de ambulancias de la Media Luna Roja, y lo acribillaron. Después salió mi segundo nieto. Se halla en estado crítico. Rezamos para que sobreviva. Inshallah". Abed Obed, de 65 años, relataba la masacre perpetrada el sábado en Yabalia por soldados israelíes.

Israel considera objetivo militar a los vehículos que circulen después de las ocho
Más información
Israel se retira de Gaza tras seis días de ofensiva

Decenas de carpas fúnebres florecían ayer en este campo de refugiados, en el que reinaban la rabia y la serenidad. Sin inmutarse por las ráfagas de helicópteros, Abed suelta: "Hamás ha de seguir luchando". Y, sonriente, hace el signo de la victoria. Yabalia ha sido castigada con dureza extrema. Israel amenazó ayer con más represalias tras una de las escaladas más violentas en la zona.

Se ha superado el centenar de muertos en Gaza desde el jueves. Más de la mitad son civiles -algunos bebés- que perecieron a balazos o bajo las bombas de la aviación hebrea. Sólo ayer fallecieron 10 milicianos en la franja y una niña de 21 meses. A otro chaval de 14 años le dispararon en el pecho en Hebrón, en la Cisjordania ocupada, donde brotaron protestas espontáneas.

En el centro de Gaza sólo existe el riesgo de pasar junto a un edificio que es bombardeado. Pero en Yabalia proseguían ayer las operaciones militares israelíes. Blindados y francotiradores convirtieron en infranqueable la carretera Saladino, que atraviesa el territorio de norte a sur. Las ambulancias aceleraban en busca de más víctimas. Los coches, mejor aparcarlos. Octavillas lanzadas por la aviación israelí advertían de que todo vehículo que circule a partir de las 20.00 es objetivo militar.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Bassam, de 42 años, hijo de Abed, era dueño de una granja de pollos y pichones en una zona siempre peligrosa. No era miliciano. Tampoco su hijo Mahmud, de 16 años. "A las tres de la madrugada del sábado quisieron ver si algo sucedía con sus animales. No sabían que los combates eran tan duros. Los francotiradores israelíes los cazaron inmediatamente", cuenta Abed. Los ha habido con peor fortuna. En una familia ha muerto el matrimonio, sus dos hijos, las esposas de éstos, y dos nietos de los abuelos yacen desahuciados en un hospital.

"Mira", añade Zuhair, primo de Mahmud, "nos robaron nuestro país, y aunque nos maten a siete hijos, continuaremos peleando". Lo de estos días en Yabalia no es novedad para sus habitantes. El dolor se mezcla con el orgullo. "Antes peleábamos contra los soldados que patrullaban aquí. Ahora te disparan cohetes. Siempre tienen excusas. En Cisjordania no se lanzan proyectiles y también nos matan. No van a frenarnos".

En la carpa de los Obed, la inmensa mayoría simpatiza con Hamás. Moral no les falta. Ni en los tiempos más amargos. Y celebran cada cohete que lanzan las milicias palestinas hacia el sur de Israel: más de 40 ayer contra Sderot (22.000 habitantes) y Ashkelón (120.000), y el primero sobre la ciudad de Netivot (25.000), al este de Gaza.

Tampoco Israel parece dispuesto a frenar su ofensiva. El ministro de Defensa, Ehud Barak, planteó al Ministerio de Justicia: "A tenor de la legalidad internacional, ¿se pueden bombardear zonas palestinas pobladas desde las que se lanzan cohetes?". La pregunta es superflua. Ya lo han hecho. Una vuelta por Yabalia bastaba para comprobar severos destrozos provocados en varias viviendas. O que le pregunten a Abed.

La ONU y la UE condenaron el lanzamiento de cohetes y el "uso desproporcionado de la fuerza" por parte de Israel. Es evidente que Hamás -acosada sin tregua por Israel, Europa, EE UU, y marginada por los países árabes- hace oídos sordos. Pero el Gobierno de Ehud Olmert también desprecia las condenas: "Nadie tiene derecho a predicarnos sobre nuestras acciones en defensa propia". No es la coyuntura más halagüeña para los esfuerzos diplomáticos que el alto representante de la Política Exterior europea, Javier Solana, emprenderá mañana.

Abed Obed, vecino de Yabalia, perdió ayer a un hijo y a un nieto.
Abed Obed, vecino de Yabalia, perdió ayer a un hijo y a un nieto.J. M. M.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_