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El automóvil se convierte en campo de batalla

Íñigo de Barrón

El sector asegurador, en el ramo de automóviles, vive una durísima competencia que se refleja en bajada de precios, influido por las compañías telefónicas y de Internet, así como por una siniestralidad que no mejora. Por ello, la decisión de Mutua Madrileña de congelar tarifas no es baladí. Porque los ingresos por autos son el principal negocio de la empresa.

Dentro del ranking de coches en España, Mapfre es líder con un 19,40 % del mercado, seguida de AXA (11,29%), Allianz (10,34%) y Mutua es la cuarta con un 9,32%. Es decir, uno de cada diez coches españoles está asegurado por la Mutua en España. En el total del seguro, Mutua es la número 13, con el 2,52% de cuota, según los datos del sector.

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La congelación es, en suma, es un mensaje de la nueva cúpula a sus mutualistas. El principio de una serie de iniciativas que tiene previsto llevar a cabo. La empresa quiere transmitirles que son algo más que clientes. Por eso baraja rebajas para familiares de mutualistas, con las que el cónyuge, los padres, hermanos e hijos de mutualista con seguro a todo riesgo se benefician de una bonificación del 50% al contratar su póliza de auto.

Compra indigesta

La compañía también quiere extender las ofertas al seguro de salud. En este campo, Mutua Madrileña compró la empresa de salud Aresa por 354 millones a finales de 2005.

Sus competidores no entendieron la adquisición por el elevado precio pagado, ya que suponía valorar la empresa en cincuenta veces el ebitda (beneficios antes de amortizaciones, impuestos), el doble de lo que se estaba pagando. La compra, de Pomatta, contó con la aprobación del consejo actual, pero se le ha atragantado a la compañía. El objetivo era "colocar Aresa en 2010 como una de las tres primeras sociedades médicas del país", según Pomatta. Hoy existen dudas de su rentabilidad, ya que ha bajado un puesto en el ranking de seguros de salud y no ha ganado cuota de mercado. Hoy nadie habla de comprar otra empresa del sector, como prometió Pomatta, aunque los expertos creen que sería la única forma de rentabilizar esta inversión.

Unido a Aresa estaba el proyecto de una ciudad sanitaria de 50 hectáreas al norte de Madrid especializada en oncología, cardiología, ortopedia y trauma. Hoy, Mutua piensa sólo en una clínica especializada en politraumatizados, algo unido a los 30.000 lesionados de accidentes de sus clientes.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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